sábado, 28 de febrero de 2009

El Card. Sodano contesta las críticas de Hans Küng al Papa



En respuesta a la entrevista concedida por el teólogo Hans Küng al diario francés Le Monde, y que republicó en Italia el diario La Stampa, el cardenal Angelo Sodano, Decano del Colegio Cardenalicio, manifestó que “una crítica fraterna siempre es posible en la Iglesia, desde los tiempos de san Pedro y san Pablo. Una crítica amarga en cambio, y más si es tan genérica, no contribuye al bien de la Iglesia".

En la mencionada entrevista, el teólogo suizo, catedrático de Tubinga que fue suspendido por la Santa Sede en 1979 por sus opiniones contrarias a la fe católica, criticaba particularmente la decisión del Papa Benedicto XVI de levantar la excomunión de los obispos 'lefebvristas'.

Küng criticaba también el mantenimiento del celibato de los sacerdotes y de la condena de la anticoncepción, entre otros asuntos, y afirmaba que estas posturas llevarían a la Iglesia a una posición "minoritaria".

En relación con el levantamiento de la excomunión, el cardenal Sodano afirmó que el Papa, "a quien el Espíritu Santo ha colocado para gobernar la Santa Iglesia de Dios, está trabajando mucho por la unidad en esta hora importante de la historia".
El purpurado se declaró "interiormente herido" al leer la entrevista, y añadió que se trata de "afirmaciones genéricas y no probadas. Personalmente soy testigo del empeño del Santo Padre por hacer de la Iglesia una familia, la familia de los hijos de Dios".

"No comprendo cómo un diario italiano, bien al corriente del trabajo del Papa, haya querido ofrecer tanta publicidad a esta entrevista", añadió.

Diario7 Blog, 27-2-09

domingo, 22 de febrero de 2009

Siete grandes desafíos al Evangelizar


El Cardenal Paul Poupard nos ofrece su perspectiva de los 7 principales retos que enfrentamos como Iglesia en la era moderna para una evangelización más eficaz.

1. El desafío de la verdad frente al pensamiento débil

La post-modernidad se caracteriza por la aparición de una nueva racionalidad. La razón autónoma, privada de la ayuda de la fe, ha recorrido caminos que han conducido a Auschwitz y al Gulag. Era normal que se llegara el hastío y ala búsqueda de un nuevo modo de racionalidad, El hombre postmoderno es hedonista y consumista, como le enseña el sistema. A diferencia del escriba prudente del que hablaba Jesús, que sacaba del arcón lo viejo y lo nuevo, nuestro hombre compra cada mañana una cosa nueva y ala tarde la tira porque es vieja. Relativista y escéptico, prefiere un pensamiento débil y fragmentario que no le comprometa a nada. Humberto Eco define nuestra época como la época del feeling, el sentimiento, sobre la verdad. Se vive de impresiones, de impactos sensoriales o emocionales, de lo efimero.
Es precisamente en la concepción de la verdad y de la razón donde con mayor fuerza se deja sentir la crisis de la modernidad. Según Vattimo, el único espacio que queda libre consiste en «abrirse a una concepción no metafísica de la verdad ... En términos muy generales ... se puede decir que la experiencia post-moderna de la verdad es una experiencia estética y retórica». Cuando fracasan estrepitosamente los mitos de la modernidad que habían constituido su bandera, es la razón misma la que se repliega desencantada sobre sí misma y renuncia a su más alta vocación, la búsqueda de la verdad, contentándose en lugar de ello con verdades parciales y fragmentarias. Oyendo hablar de verdad, nuestro mundo responde con la pregunta cínica y desengañada de Pilatos: ¿y qué es la verdad?
El cristianismo, en cambio, se presenta con algunas exigencias filosóficas irrenunciables, que Juan Pablo II ha expuesto en la encíclica Fides et Ratio. La religión del Logos encarnado no puede renunciar a la razón y ala pretensión de hallar la verdad toda entera. «Sólo deseo reivindicar la capacidad que el hombre tiene de conocer esta dimensión trascendente y metafísica de manera verdadera y cierta, aunque imperfecta y analógica» (Fides et Ratio, 83). El cristiano no puede renunciar al anuncio de la verdad, convencido de que la necesidad más radical del hombre es saciar el hambre de verdad, y que la peor forma de corrupción es la intelectual, que aprisiona la verdad en la injusticia, llamando al mal, bien e impidiendo el conocimiento de la realidad tal y como es.
¿Cómo reconciliar la religión del Logos encarnado, cuya pretensión fundamental es la de ser religio vera, con una cultura que ha renunciado a toda pretensión de conocer la verdad? ¿Cómo hablar de verdad a una cultura que aborrece instintivamente conceptos y palabras fuertes?. Este es el desafío que tenemos planteado, para el que yo no veo más solución que proponer, no ya la verdad, sino una cultura de la verdad. Una cultura de la verdad hecha de inmenso respeto y acogida hacia la realidad, traducida en respeto hacia la persona, que es la forma eminente de lo real. En esta cultura de la verdad, en la que la dimensión de la atención, el cuidado, la sensibilidad, la búsqueda humilde adquieren un protagonismo especial, es posible reconciliar la razón y el sentimiento que la postmodernidad juzga incompatibles. Y así, paradójicamente, San Agustín se vuelve más actual que nunca, al realizar en su vida la unión entre la verdad y el sentimiento. Agustín dice «ve adonde tu corazón te lleva» -como reza el título de la novela de Susanna Tamaro-, «es decir, hacia la verdad».

2. Anunciar a Jesucristo en la era del New Age

Íntimamente vinculado al desafío anterior está el que constituye anunciar a Jesucristo en una era de religiosidad salvaje. Se ha hablado mucho en los últimos tiempos del «retorno de Dios, como si Dios hubiera estado alguna vez lejos del mundo y del hombre, o, con más precisión, del regreso de una religiosidad salvaje. Podemos así aventurar una primera constatación a la profecía con que abríamos esta conferencia: sí, el siglo XXI parece más religioso que el precedente. La cuestión no está en saber si nuestro tiempo creerá o no, sino en qué creerá. Si Heidegger definía la modernidad como un estado de incertidumbre acerca de los dioses, la post-modernidad representa en cambio el regreso triunfal de los dioses. No del Dios personal que se ha revelado en Jesucristo, sino de los dioses y las mitologías y religiones pre-cristianas, entre las que los cultos célticos, por su vinculación a la naturaleza, adquieren un especial relieve. Cultos pre-cristianos, que en cada región adquieren una coloración especial: si en la Europa atlántica se trata de mitologías célticas, en la América Hispana se vuelve a los cultos precolombinos, o incluso, como en algunas partes de Europa, entre ellas España, se añora un pasado musulmán idealizado como una especie de edad dorada que la llegada del cristianismo ha venido a destruir. Del regreso alas mitologías pre-cristianas pasamos a la magia, el ocultismo y el preocupante aumento de las sectas satánicas. Umberto Eco, nada sospechoso de beatería, tiene razón cuando cita al gran Chesterton para describir la paradoja actual: «Cuando los hombres dejan de creer en Dios, no es que no crean en nada. Creen en cualquier cosa».
Se trata del regreso de una religiosidad salvaje, que el cardenal Lehmann ha definido «teoplasma», una especie de plastilina religiosa a partir de la cual cada uno se fabrica sus dioses a su propio gusto, adaptándolos a las necesidades propias .
De nuevo se plantea ante nosotros el desafío en toda su formidable magnitud: ¿cómo anunciar en medio de este magma religioso, en el gran supermercado del bricolaje religioso, a Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, que ha dejado la Iglesia en la tierra como signo y continuadora de su misión entre los hombres? Aquí es donde se requiere toda la audacia del evangelizador, recordando las palabras, hoy más actuales que nunca, de Juan XXIII en la inauguración del Concilio Vaticano II, que pude escuchar personalmente siendo su colaborador: «una cosa es el depósito mismo de la fe, o las verdades contenidas en nuestra doctrina, y otra el modo en que éstas se enuncian, conservando, sin embargo idéntico sentido y alcance».
En este contexto adquiere también una actualidad especial un tema que ha sido reiteradamente propuesto por el Santo Padre y que en los días pasados hemos tratado ampliamente en el Consistorio apenas concluido: el diálogo interreligioso. Ya Juan Pablo II había señalado el diálogo con los creyentes de otras religiones como una prioridad en la carta de preparación al gran Jubileo, reiterado después en el mensaje que nos ha dejado a conclusión del año Jubilar. Es un imperativo inaplazable para proponer una firme base de paz y alejar el espectro funesto de las guerras de religión que han bañado de sangre tantos períodos en la historia de la humanidad. Se trata de un diálogo difícil, hecho de respeto, tejido con amorosa paciencia, que no se cansa ni se deja vencer ante los primeros reveses, que, sin embargo, nunca puede reemplazar el anuncio explícito de Jesucristo, que es el camino, la verdad y la vida (Jn 14,6). Es un diálogo en perpetuo equilibrio entre la búsqueda de caminos de colaboración con otros creyentes, especialmente en la defensa de la vida y en la lucha contra el materialismo asfixiante, y la necesidad de evitar que degenere en sincretismo. Donde todo vale lo mismo, en definitiva nada vale nada. Yo mismo, tras haber dedicado años de estudio al fenómeno de las religiones, estoy convencido de que de su estudio, bien orientado, es un camino que acaba conduciendo a Cristo, en quien toda realidad humana, incluida la religión, alcanza su plenitud.
El diálogo no puede sustituir a la misión, ni convertirse en un consenso de mínimos. Como actividad inteligente, según la llamaba Pablo VI, es un camino hacia la verdad, a la que se llega a través de la experiencia del encuentro entre personas. Por eso, en realidad, creo que más que de diálogo entre religiones, habría que hablar de diálogo entre religiosos. El diálogo, que es una categoría eminentemente personal, tiene lugar siempre entre dos sujetos personales, y cuanto mayor y más profunda sea la experiencia de Dios de quienes dialogan, tanto mayores cotas de autenticidad alcanzará. El diálogo no puede nunca renunciar a presentar a Jesucristo buscando hacerse aceptar más fácilmente, ni escamotear el misterio trinitario, pensando que es un escollo en la predicación. De nuevo el paradigma ha de ser el del escriba sabio y prudente, que sabe sacar del arcón lo viejo y lo nuevo en su diálogo con los creyentes de otras religiones, según las necesidades de sus interlocutores, acompasando su conversación al paso de éstos. A veces tendrá que contentarse con un simple conocimiento mutuo, en la esperanza de que un pequeño puente tendido hoy pueda mañana servir de intercambio fecundo entre creyentes.

3. Persona humana y familia

El tercer gran desafío de nuestra época tiene como objeto directamente al hombre. El inicio del Milenio nos sorprendió con el anuncio oficial hecho por F. Collins y C. Venter, del desciframiento completo del genoma humano, la monumental enciclopedia donde con sólo cuatro letras está escrito el hombre. Unos meses después llegan voces confusas de que en algunos centros de investigación se han modificado genéticamente algunos embriones durante el proceso de fecundación in vitro. Desde diversas instancias se solicita la clonación de embriones humanos con fines terapéuticos, o al menos así se dice. Debemos rendirnos ala evidencia: la clonación reproductiva de seres humanos es técnicamente posible, y será muy difícil evitar que algún grupo de científicos, empujados por un deseo prometeico de traspasar una frontera hasta ahora considerada inviolable, se decidan a clonar un ser humano. A la repugnancia que ahora nos produce esta consideración, acabará sucediendo en la opinión pública primero una especie de resignación ante los hechos consumados, y después, una decidida aceptación. Hemos llegado así al borde de los escenarios futuristas descritos por Aldous Huxley, hace más de 60 años en su conocida obra Brave New World, Un mundo feliz, donde los seres humanos son producidos, sometidos a precisos controles de cualidad, y ya no engendrados.
El hastío producido por el desarrollo implacable de la técnica, que invade todos los dominios de la vida humana, no ha logrado impedir la difusión de una mentalidad que considera al hombre como objeto, y no como sujeto, y por tanto, capaz de ser manipulado o modificado para adaptarlo a los estándares de producción. En un mundo así, los débiles, los enfermos, los ancianos, los que no poseen un cuerpo hermoso, están destinados a una progresiva marginación. La aprobación de la eutanasia activa en Holanda, es sólo el primer paso de un proceso que acabará imponiéndola en los demás países para eliminar, so capa de humanidad, los elementos menos productivos del sistema económico y que más recursos consumen. Está por otra parte la desintegración del modelo familiar. La aprobación de leyes reguladoras de las parejas de hecho en toda Europa, y cuyo último e inconfesado fin es el de equiparar las uniones entre homosexuales al matrimonio monoparental. El aumento espectacular de matrimonios deshechos, de uniones irregulares, con hijos procedentes de diversos padres... todo tiene un profundo impacto en la sociedad. La visión antropológica de la compiementariedad de sexos, entre el hombre y la mujer, cede a la ideología del género, tal y como se presentó en la cumbre mundial de Pekín (1995): cada uno configura su propia orientación y comportamiento sexual libremente, sea heterosexual, homosexual o bisexual, como un derecho ejercido libremente.
Inútil decir que para la Iglesia se trata de un desafío epocal. La desintegración de la persona, irá dejando a los bordes del camino seres maltrechos y heridos, a quienes la Iglesia habrá de recoger con infinito amor: personas que se declaran abiertamente homosexuales, producto de complejas situaciones familiares y afectivas, y de la educación ambiental, para quienes será necesario hallar un espacio en la Iglesia, sin renunciar a la verdad acerca del hombre. Nos hallaremos cada vez más con más personas que han sufrido un proceso de maduración personal deficiente, marcados por profundas carencias afectivas y emotivas. Acaso niños creados en laboratorio, a quienes no dejaremos de acoger, aun cuando denunciemos a quienes recurren a las técnicas de clonación para traerlos al mundo. Y al mismo tiempo, la presión será cada vez mayor contra quien ose desafiar la medida social impuesta, es decir, contra las familias, unidas, estables y abiertas a la vida, a toda la vida, desde su concepción hasta su fin natural.
A este hombre del siglo XXI, prófugo, vagabundo de afecto, es a quien hay que anunciar el misterio de la íntima comunidad de personas en Dios Trinidad, la Encarnación del Hijo en el seno de una familia, la llamada a la comunión con los demás en la familia de los hijos de Dios, desarrollando un proyecto de vida en un matrimonio o en la vida comunitaria.

4. Ser cristiano en el mundo de la economía globalizada

Nuestro recorrido por las tareas que la Iglesia debe afrontar, nos pone ante una pregunta formidable: ¿cómo ser cristiano en un mundo globalizado?
Un vistazo somero a los periódicos y a las agendas culturales nos confirma que «globalización» es la palabra de moda en los foros y seminarios de discusión internacional. La globalización económica y cultural es un fenómeno sumamente complejo que estamos tratando de descifrar. Prueba de esta complejidad es lo que se ha dado en llamar «el pueblo de Seattle», la contestación radical a la globalización, que paradójicamente es un producto de la globalización misma, pues ha logrado amalgamar elementos tan heterogéneos como los pueblos nativos americanos, movimientos anarquistas, sectas orientales, desocupados y sin tierra, procedentes de todo el planeta, y ello gracias al principal motor de la globalización, que es la Internet.
Por eso el juicio acerca de la globalización ha de ser prudente. Contiene elementos muy positivos, que facilitarán enormemente el intercambio entre pueblos diversos, y también -¿por qué no?- el anuncio del Evangelio. El riesgo es el de una homogenización, no sólo lingüística, diseñada por unos pocos y difundida a través de medios de comunicación potentísimos que lo invaden todo, que sería una amenaza para la libertad.
Para la Iglesia, el compromiso principal en la hora actual está en la defensa de los débiles, especialmente de los nuevos esclavos que la globalización está produciendo. Estamos ante un fenómeno migratorio sin precedentes en la historia de la humanidad. El descenso de la natalidad en Europa y el aumento de la demanda de mano de obra, hacen necesaria la llegada de trabajadores extranjeros. Según datos recientes, se calcula que para el año 2050, un país como España tendrá cerca de 13 de millones de trabajadores extranjeros.
Estamos ante un proceso de cambio social y cultural de incalculables proporciones, que debe hacernos reaccionar. Se ha dicho que la Iglesia perdió la clase obrera en los siglos xix y xx, abandonándola en manos de movimientos revolucionarios, por no haber sabido movilizar los recursos de que disponía en favor de los trabajadores explotados, que es justamente lo que pedía Federico Ozanam. La experiencia de los errores del pasado debería ayudarnos a no ignorar el drama de los millares de trabajadores que cruzan cada mes el Estrecho en embarcaciones de fortuna buscando simplemente huir del espectro del hambre. ¿Sabrá la Iglesia estar al lado de los nuevos esclavos del siglo XXI? ¿Pasará la Iglesia del siglo XXI a estos nuevos bárbaros, y dar lugar a una nueva síntesis capaz de fecundar con nuevos valores la cultura europea decadente? He aquí el desafío.

5. Las nuevas sociedades multiculturales

Esto nos lleva directamente a otro gran compromiso de la hora actual: la presencia de la Iglesia en una sociedad multicultural y pluralista. El imparable flujo de emigrantes procedentes de ambientes culturales diferentes, no sólo provocará un profundo cambio social, sino también cultural. El respeto a la identidad cultural de los recién llegados no puede ponerse en discusión. Este derecho sin embargo es correlativo al respeto por la identidad cultural del pueblo de acogida, que no puede menospreciarse en aras de una mal entendida tolerancia. De otro modo se estarían reproduciendo, a la inversa, la destrucción cultural cometida con frecuencia en el pasado por colonizadores europeos en otros pueblos. Europa tiene su propia identidad cultural. No es una tabla rasa en la que se parte de cero, o por usar la expresión de Alain Finkielkraut, el área «pic-nic» de la autopista, donde cada uno aporta su propia comida. Europa tiene su propia identidad, en cuya forja el Cristianismo no ha sido sólo un factor accidental.
El mensaje de Año Nuevo del Santo Padre, dedicado precisamente al diálogo entre las culturas, ofrece al respecto pautas iluminadoras. Nos exige ser a la vez audaces en el diálogo intercultural, sin renunciar a la propia identidad. Es importante para países como Francia, España, Italia, amenazados de una actitud de entreguismo que renuncia a priori y sin condiciones a su propia identidad cultural, como ignorando su propio pasado. Un país que renuncia a su propia memoria colectiva, está condenado a vivir bajo la dictadura de lo social, que es el imperio del presente, en el que los muertos no tienen voz y sólo cuentan los vivos. De todas las necesidades del alma humana -escribe Simone Weil, ninguna es tan vital como el pasado, que no consiste en querer vivir en otra época, sino en conservar un vínculo y escapar a la tiranía del presente.
Cuando ala base del modelo pluralista existe únicamente una concepción relativista de los valores, la democracia se ve amenazada en sus mismos fundamentos. La democracia tal y como la conocemos, ha surgido sobre la base de un sistema de valores impregnado, en mayor o menor medida, por una concepción cristiana del hombre y de la sociedad. Nuestras democracias en Europa están enfermas, precisamente por su patética desvinculación del sistema de referencia a partir del cual han sido engendradas. Es urgente devolver un alma a nuestras democracias, propiciar un profundo rearme ético que tenga en cuenta sus raíces profundas. La Iglesia, como experta en humanidad y conocedora a fondo del corazón humano, tiene mucho que decir en la tarea de formar una conciencia cívica y política. No es el sueño nostálgico de un protagonismo perdido, sino la conciencia del papel que tiene que desempeñar en el sistema democrático.

6. La revolución informática

Llegamos así a la revolución informática, la llamada tercera revolución, que está transformando a marchas agigantadas nuestro modo de acceso al mundo. En muy pocos años, hemos asistido a un desarrollo impresionante de las técnicas de comunicación a distancia, y ala creación de una red mundial, Internet. Paul Ricoeur, el infatigable buscador del sentido de las cosas, hace un diagnóstico implacable del mal de nuestro tiempo: hay una hipertrofia de los medios y una atrofia de los fines. Hay demasiados medios para los escasos y raquíticos fines que se proponen en nuestra sociedad. Tenemos mucha información, sabemos más, pero esta información no nos hace más sabios, ni por tanto, mejores.
A nadie se le oculta que estos valores positivos, estas promesas, se presentan de la mano de formidables amenazas y desafíos no sólo para la Iglesia, sino para el hombre. ¿No es significativo que «El Gran Hermano» haya sido el programa más visto en buena parte de los países de Europa Occidental, y que la omnipresente vigilancia de las cámaras haya sido protagonista de diversos films? Parece como si en nuestros tiempos se cumpliera realmente lo que Berkely afirmara: esse est percipi. Lo que no se percibe a través de los medios, es como si no existiera.
La Iglesia vive en este mundo, usando estos medios de comunicación. No puede prescindir de ellos, pues su misión primera y esencial es comunicar una Buena Noticia. Es posible establecer una simbiosis fecunda en la que la Iglesia del recuerdo, de la sabiduría y del gozo puede salvar a los medios de la transitoriedad, la dispersión y el ocio sin sentido; y a su vez, los medios pueden aportar a la Iglesia frescura, atención al mundo contemporáneo y un modo atractivo y agradable de comunicar el anuncio de Jesucristo. La Iglesia, que es comunicadora por excelencia, puede aprender mucho de los medios de comunicación. Los medios, que viven de lo efímero, pueden aprender de la Iglesia, que es experta en humanidad.

7. La tutela del medio ambiente

El desarrollo de la economía y el agotamiento de ciertos recursos naturales ha colocado en primer plano la urgencia por la conservación del medio ambiente. El cambio climático, el efecto invernadero, el avance de la desertización, han dejado de ser problemas teóricos para convertirse en una preocupación de todos. Es una nueva conciencia ecológica, llena de incoherencias, pues al mismo tiempo que nos preocupa la contaminación y pérdida de ambientes naturales, y soñamos con el encanto de una vida en contacto con la naturaleza, estamos dispuestos a hacer bien poco por renunciar a las comodidades responsables del desgaste medioambiental: no queremos renunciar a las autopistas, ni a la calefacción en invierno, ni al aire acondicionado en verano.
Para la Iglesia, esta nueva conciencia ecológica es un desafío y una oportunidad: conducir al hombre hacia la trascendencia, enseñándole a recorrer el camino que parte de la experiencia de la creación y desemboca en el conocimiento del creador, superando la tentación de divinizar la Tierra. La Escritura y el ejemplo de algunos santos, cuyo paradigma es San Francisco de Asís, ofrecen puntos de apoyo para esta evangelización de la ecología.

domingo, 15 de febrero de 2009

Apoyo al Sumo Pontífice




ESCUELA DE DIRIGENTES
“SANTO TOMÁS MORO”
Con motivo de la actual campaña de desprestigio al Santo Padre, nuestra entidad quiere manifestar su rechazo a críticas injustas y descomedidas formuladas por laicos católicos de nuestro país, que se consideran autorizados a evaluar el ejercicio del gobierno que realiza Benedicto XVI. No negamos el derecho a discrepar con el Papa en sus decisiones sobre aspectos internos de la Iglesia, así como en lo referente a las relaciones con el mundo contemporáneo. Pero consideramos que las inquietudes o quejas, deben formularse en el marco del Código de Derecho Canónico (212, 3), y con la caridad y respeto que merece el Vicario de Cristo.
En ningún caso pueden utilizarse expresiones como las siguientes, dirigidas al Papa, motivadas por sus declaraciones públicas respecto al genocidio judío:
- irracionalidad o irreflexividad;
- pecado de debilidad y de obsecuencia;
- pecado de servilismo a la Sinagoga, de pusilanimidad frente al mundo, de contemporización con los deicidas;
- pecado de ambigüedad por flojera, prudencia carnal o diplomacia vaticana;
- pecado contra el segundo mandamiento;
- cobarde.
Expresamos nuestro apoyo al Papa.
Córdoba, 15-2-2009.-
Mario Meneghini
Director

El darwinismo es una teoría científica, no una ideología



Entrevista con el profesor Marc Leclerc S.J.

ROMA, jueves 12 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- Este jueves se han cumplido doscientos años del nacimiento de Charles Darwin, científico y observador inglés, autor de la obra "El origen de las especies" y de la segunda teoría de la evolución.

Este aniversario ha motivado tanto a científicos como a teólogos a tener un diálogo abierto que permita conciliar la visión de fe con la ciencia, vistas muchas veces de manera errada como temas opuestos.

ZENIT ha conversado con el padre el padre Marc Leclerc S.J, profesor de filosofía de la naturaleza en la Pontifica Universidad Gregoriana y organizador del congreso "Evolución biológica, hechos y teorías" que se celebrará en Roma del 2 al 7 de marzo.

--Hablemos en primer lugar de la vida de Darwin, Su formación como teólogo en la Iglesia Anglicana, ¿influyó en sus teorías evolutivas?

--Padre Marc Leclerc: Darwin era esencialmente un gran biólogo. No era un filósofo ni un teólogo. Es verdad que tuvo al inicio una formación más teológica en la Iglesia Anglicana. Pero se distanció de la Iglesia por razones personales: principalmente la muerte de su hija, que le pareció una gran injusticia, contribuyó a alejarlo de la fe. Pero se puede decir que él era siempre respetuoso, además su esposa era muy creyente. Tuvo una evolución. Al final se estableció, como él mismo decía, en una actitud de agnosticismo abierto, que no tiene nada que ver con la posición de un ateo que se vale de esto en contra de la fe. Algunos de sus seguidores lamentablemente lo hicieron pero no él directamente. Él no incluyó nada de la fe en su teoría. No intervino ni en un sentido ni en otro. Es una teoría científica en cuanto tal, no tiene nada que ver con la existencia o la no existencia de Dios, porque estamos en un plano totalmente diverso.

--¿En qué consiste el peligro de que la teoría de la evolución de Darwin se convierta en una ideología?

--Padre Marc Leclerc: Esto se dio a causa de que, como decía, muchos seguidores no han tenido su misma prudencia y a veces han confundido los dos niveles (científico y teológico). Han convertido en ideología en particular dos elementos: el carácter aleatorio de la variación, que más tarde se llamó mutación, y el mecanismo de la selección natural, que son dos elementos de una teoría científica. No se puede hacer de ésta la clave de la interpretación de la realidad. Esto es pasar quizá sin ni siquiera tener en cuenta el nivel científico o a un nivel ideológico. De este modo, la ciencia cae en una falsa filosofía, o en una falsa teología, que se contrapone directamente a la explicación de la realidad. Esto es un abuso grave de la ciencia, a veces hecho por científicos, pero que salen completamente del campo científico. Los enemigos del darwinismo no deben caer en la misma trampa, la teoría científica merece todo nuestro respeto, pero debe ser discutida sólo a nivel científico.

--¿Cómo lograr una recta visión entre evolución y creación?

--Padre Marc Leclerc: Estoy convencido de que la mediación filosófica es aquí indispensable para evitar confusiones entre los diferentes niveles: una separación radical o una mezcla confusa, donde ya no se entiende nada. Es necesario articular racionalmente niveles que son distintos. Por ello es indispensable una mediación filosófica.

--¿Corresponde a una visión cristiana decir que el hombre es el resultado de la evolución del mono? Si es así, ¿en qué momento fue creada el alma humana?

--Padre Marc Leclerc: Somos diferentes del chimpancé. Ellos son nuestros primos, no nuestros antepasados. El punto está en que biológicamente tenemos antepasados comunes por eso son primos en el plano biológico. Pero han tenido una historia diferente a la nuestra. Alguno dirá que el nacimiento del alma comienza con el Homo Sapiens, otro dirá que comienza mucho antes, con el Homo Erectus, otro dirá que comienza antes con el Homo Habilis. Tenemos varios indicios, pero ninguna prueba es formal. Los indicios que podemos tener corresponden al carácter simbólico del pensamiento, al lenguaje articulado y simbólico universalmente abierto a la posibilidad de relacionarse con otro en modo libre y con Dios, en elementos como la aparición del arte y del elemento religioso. No puedo decir cuándo ha aparecido el alma humana, lo que sabemos es que la humanidad es hoy una única especie del hombre moderno Sapiens Sapiens. En ella, cada uno de nosotros está creado por el alma de Dios, con un alma singular. ¿Cuándo comenzó? Entre otros tenemos un dato importante: parece que la evolución biológica haya quedado propiamente culminada con el Homo Sapiens. Pero ya antes de la aparición del Homo Sapiens comienza la revolución cultural, propia del hombre.

--¿El Génesis debe considerarse como una teoría sobre la creación del mundo o una teoría teológica que quiere explicar la creación del hombre y de su libertad?

--Padre Marc Leclerc: Recuerdo lo que decía Galileo: La Biblia no nos enseña cómo funciona el cielo sino cómo se va al cielo. El Génesis te dice cómo el hombre ha sido creado en el pensamiento de Dios y cómo se va a Dios y cómo se ha alejado de Dios. No nos dice científicamente el porqué. A partir de esta concepción entiende decirnos cuál es el proyecto de Dios sobre el hombre y cómo el hombre debe adaptarse a este proyecto.

--El hombre, ¿señor de la creación o una especie animal más evolucionada?

--Padre Marc Leclerc: A nivel sencillamente fenomenológico el hombre es el único que puede interactuar con su ambiente, cambiando el ambiente, según sus deseos, y no está obligado a adaptarse a los cambios externos del ambiente. Un ejemplo: el hombre ha producido el libro del Origen de las especies, hace 150 años. No se ha visto nunca que un animal reflexione sobre el origen de los seres vivientes.

Por Carmen Elena Villa

http://www.zenit.org/article-30173?l=spanish



miércoles, 11 de febrero de 2009

Es imposible que Dios sea improbable: ¡Cuídate!


Por Armando Segura Naya

Se llama contradictorio lo que no puede existir y por tanto es imposible. Es contradictorio que Mª Antonieta sea a la vez y al mismo tiempo el ciudadano Robespierre. También es imposible que Mª Antonieta no haya existido o que Robespierre sea un invento de los historiadores. Ambos personajes son figuras del tiempo pasado y por ello mismo, no existen hoy (por lo menos en carne y hueso).

La existencia y la no existencia nunca son más o menos probables sino que una cosa existe o no existe. Podemos, refiriéndonos a la historia, decir que tal persona existió o no existió pero nunca que existió a medias.

Otra cosa sería que, en una investigación, se trate de documentar la existencia de alguien como Orfeo. Ciertamente lo tendríamos crudo y en el mejor de los casos, diríamos que es improbable que pudiéramos ‘demostrar’ su existencia real. En este caso, lo improbable no es la existencia de Orfeo sino la posibilidad de la demostración.

El cálculo de probabilidades es un método matemático que se desarrolla a partir del Renacimiento y que desde un principio fue pensado para ganar dinero en el juego, mediante la predicción de la mayor o menor probabilidad del que aparezca tal carta o tal número.

Lo gracioso es que Blas Pascal, genio de la matemática y de la física, despues de su conversión, emplease el método de la apuesta para afrontar la existencia de Dios. Pascal se plantea la probabilidad de que Dios exista o no exista y como ese cálculo es imposible porque carecemos de la información suficiente, echa un gran órdago y apoyado en la fe, apuesta por la existencia de Dios. Al fin y al cabo, con Dios se puede ganar mucho, mientras que sin Dios lo que se puede ganar es necesariamente pequeño y fugaz.

El defecto de este método pascaliano es que está pensado según la mentalidad de su tiempo, en el marco de la física y de la matemática y encarando el problema de Dios como un problema de física y matemática. Se ha podido predecir la existencia de cuerpos celestes mediante la estadística de probabilidades puesto que los datos que se manejan: distancias, tiempos, velocidades, son conocidos de antemano. Pero Dios no es un cuerpo celeste que ocupe un lugar concreto en el espacio y según unos parámetros bien conocidos. .

Gorgias afirmaba que lo que no está en el espacio y en el tiempo, no existe. Los matemáticos de toda la vida saben que los teoremas, las figuras geométricas, las leyes de la lógica y la estructura formal del mismo tiempo, no están en ningún tiempo. Dicho de otro modo, el guión de una película no es una película. Tampoco el reglamento del fútbol, es un partido de fútbol, ni las normas de tráfico, son el mismo tráfico. En consecuencia, el concepto de espacio no ocupa espacio y el de Dios tampoco.

Que cosa es Dios, lo definió Kant como la idea de la suma de todas las posibilidades. Sin esa idea, las posibilidades concretas, las alternativas reales, carecen de marco y de contexto. Si no existe lo posible, nada es posible. Por supuesto que la idea de Dios es absolutamente necesaria, aunque solamente sea una idea. Pero sin ella, no solo nada es posible sino que ninguna cosa existente realmente es posible, puesto que todo lo que existe además de existir, es posible.

En resumidas cuentas, la idea de Dios permite entender la posibilidad de lo existente y es la condición para que el ser humano tenga en su horizonte una gama de alternativas que le permiten ejercer su libertad. Una posibilidad incluye un horizonte de alternativas que no trato de predecir sino de producir. La producción libre de lo real se apoya en la conciencia de su posibilidad. Un ser libre es un ser creador y cuanto más libre, más creador.

Si Dios no existe, la libertad es imposible y por eso Dios es creador.

Por último, si Dios es improbable, aceptando el concepto kantiano de Dios, ello equivale a decir, que lo posible es improbable, lo cual es confundir el ámbito de la posibilidad donde no rige el tiempo, del de la probabilidad que permite predecir el futuro. Es imposible que Dios sea improbable: Cuídate.

“Santo Tomás Moro”
Centro de Estudios Políticos y Sociales

sábado, 7 de febrero de 2009

Sufrimiento


Etim.: Latín suffere, sostener.
Definición - La experiencia de mal o la privación de algún bien. Aunque comúnmente es sinónimo a dolor, el sufrimiento es mas bien la reacción al dolor y por lo tanto es un factor muy importante en la espiritualidad cristiana.
Causa: El sufrimiento es consecuencia del pecado. Desde el pecado original el sufrimiento es propio de toda criatura en la tierra.
Valor del sufrimiento: Cristo nunca pecó pero asumió el sufrimiento humano y nos redimió abrazando la cruz hasta la muerte. "Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos queél debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día" Mateo 16,21, Cf. Mc 8,31, Lc 9,22.Jesús nos enseña a tomar nuestra cruz y seguirle. Entonces dijo Jesús a sus discípulos: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame". Mateo 16,24
Para los primeros cristianos era una alegría sufrir por Cristo: "Ellos marcharon de la presencia del Sanedrín contentos por haber sido considerados dignos de sufrir ultrajes por el Nombre" Hechos 5,41

San Pedro nos enseña que los cristianos sufren confiando en el porvenir que Dios tiene preparado.
Alegraos en la medida en que participáis en los sufrimientos de Cristo, para que también os alegréisalborozados en la revelación de su gloria. I Pedro 4,13procurando descubrir a qué tiempo y a qué circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando les predecía los sufrimientos destinados a Cristo y las glorias que les seguirían. I Pedro 1,11
Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente, buscando a quién devorar.Resistidle firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos que están en el mundo soportan los mismos sufrimientos. El Dios de toda gracia, el que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo, después de breves sufrimientos, os restablecerá, afianzará, robustecerá y os consolidará. I Pedro 5:9-10San Pablo valora el sufrimiento.
Porque estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros. Romanos 8,18
Que ninguno de vosotros tenga que sufrir ni por criminal ni por ladrón ni por malhechor ni por entrometido: pero si es por cristiano, que no se avergüence, que glorifique a Dios por llevar este nombre. I Pedro 4,15-16
Pues, así como abundan en nosotros los sufrimientos de Cristo, igualmente abunda también por Cristo nuestra consolación. Si somos atribulados, lo somos para consuelo y salvación vuestra; si somos consolados, lo somos para el consuelo vuestro, que os hace soportar con paciencia los mismos sufrimientos que también nosotros soportamos. Es firme nuestra esperanza respecto de vosotros; pues sabemos que, como sois solidarios con nosotros en los sufrimientos, así lo seréis también en la consolación.II Corintios 1,5-7
Las características del apóstol se vieron cumplidas entre vosotros: paciencia perfecta en los sufrimientos y también señales, prodigios y milagros. II Corintios 12,12
No te avergüences, pues, ni del testimonio que has de dar de nuestro Señor, ni de mí, su prisionero; sino, al contrario, soporta conmigo los sufrimientos por el Evangelio, ayudado por la fuerza de Dios, II Timoteo 1,8
Por este motivo estoy soportando estos sufrimientos; pero no me avergüenzo, porque yo sé bien en quién tengo puesta mi fe, y estoy convencido de que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel Día. II Timoteo 1,12
Tú, en cambio, pórtate en todo con prudencia, soporta los sufrimientos, realiza la función de evangelizador, desempeña a la perfección tu ministerio. II Timoteo 4,5Pues compartisteis los sufrimientos de los encarcelados; y os dejasteis despojar con alegría de vuestros bienes, conscientes de que poseíais una riqueza mejor y más duradera. Hebreos 10,34
(17 Feb, 2007)
Debemos reconocer que conviene tratar de hacer todo lo posible para mitigar los sufrimientos de la humanidad y para ayudar a las personas que sufren —son numerosas en el mundo— a llevar una vida buena y a librarse de los males que a menudo causamos nosotros mismos: el hambre, las epidemias, etc. Pero, reconociendo este deber de trabajar contra los sufrimientos causados por nosotros mismos, al mismo tiempo debemos reconocer también y comprender que el sufrimiento es un elemento esencial para nuestra maduración humana. Pienso en la parábola del Señor sobre el grano de trigo que cae en tierra y que sólo así, muriendo, puede dar fruto. Este caer en tierra y morir no sucede en un momento, es un proceso de toda la vida. Cayendo en tierra como el grano de trigo y muriendo, transformándonos, somos instrumentos de Dios y así damos fruto.
No por casualidad el Señor dice a sus discípulos: el Hijo del hombre debe ir a Jerusalén para sufrir; por eso, quien quiera ser mi discípulo, debe tomar su cruz sobre sus hombros y así seguirme. En realidad, nosotros somos siempre, un poco, como san Pedro, el cual dijo al Señor: No, Señor, este no puede ser tu caso, tú no debes sufrir. Nosotros no queremos llevar la cruz. Queremos crear un reino más humano, más hermoso en la tierra. Eso es un gran error. El Señor lo enseña. Pero Pedro necesitó mucho tiempo, tal vez toda su vida, para entenderlo. Porque la leyenda del Quo vadis? encierra una gran verdad: aprender que precisamente llevar la cruz del Señor es el modo de dar fruto. Así pues, yo diría que antes de hablar a los demás, nosotros mismos debemos comprender el misterio de la cruz.
Ciertamente, el cristianismo nos da la alegría, porque el amor da alegría. Pero el amor es siempre un proceso en el que hay que perderse, en el que hay que salir de sí mismo. En este sentido, también es un proceso doloroso. Sólo así es hermoso y nos hace madurar y llegar a la verdadera alegría. Quien quiere afirmar o quien promete sólo una vida alegre y cómoda, miente, porque esta no es la verdad del hombre. La consecuencia es que luego se debe huir a paraísos falsos. Precisamente así no se llega a la alegría, sino a la autodestrucción. Sí, el cristianismo nos anuncia la alegría; pero esta alegría sólo crece en el camino del amor y este camino del amor guarda relación con la cruz, con la comunión con Cristo crucificado. Y está representada por el grano de trigo que cae en tierra. Cuando comencemos a comprender y a aceptar esto, cada día, porque cada día nos trae alguna insatisfacción, alguna dificultad que también produce dolor, cuando aceptemos esta escuela del seguimiento de Cristo, como los Apóstoles tuvieron que aprender en esta escuela, entonces también seremos capaces de ayudar a los que sufren.
Es verdad, siempre resulta problemático que uno que tiene buena salud o está en buena condición trate de consolar a otro que está afectado por un gran mal, sea enfermedad, sea pérdida de amor. Ante estos males, que conocemos todos, casi inevitablemente todo parece sólo retórico y patético. Pero yo diría que, si estas personas pueden percibir que nosotros tenemos com-pasión, que somos com-pacientes, que queremos llevar juntamente con ellos la cruz en comunión con Cristo, sobre todo orando con ellos, asistiéndolos con un silencio lleno de simpatía, de amor, ayudándoles en la medida de nuestras posibilidades, podemos resultar creíbles. Debemos aceptar que, tal vez en un primer momento, nuestras palabras parezcan sólo palabras. Pero si vivimos realmente con este espíritu del seguimiento de Jesús, también encontraremos la manera de estar cerca de ellos con nuestra simpatía. Simpatía etimológicamente quiere decir com-pasión por el hombre, ayudándolo, orando, creando así la confianza en que la bondad del Señor existe incluso en el valle más oscuro.
Así podemos abrirles el corazón para el Evangelio de Cristo mismo, que es el verdadero Consolador; abrirles el corazón para el Espíritu Santo, llamado el otro Consolador, el otro Paráclito, que asiste, que está presente. Podemos abrirles el corazón no para nuestras palabras, sino para la gran enseñanza de Cristo, para su estar con nosotros, ayudándoles para que el sufrimiento y el dolor se transformen de verdad en gracia de maduración, de comunión con Cristo crucificado y resucitado.
El padre Raniero Cantalamessa comenta Mateo (10,37-42)
En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: «El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija mas que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá».
¿Por qué la cruz? Jesús, en el Evangelio, nos habla de la necesidad de tomar la propia cruz. Pero ¿cómo hacer comprender esta palabra a una sociedad, como la nuestra, que opone el placer? Partamos de una constatación. En esta vida, placer y dolor se suceden con la misma regularidad con la que a la elevación de una ola en el mar le sigue una depresión y un vacío capaz de succionar a quien intenta alcanzar la orilla. El hombre busca desesperadamente separar a esta especie de hermanos siameses, de aislar el placer del dolor. A veces se hace ilusiones de haberlo logrado, pero por poco tiempo. El dolor está ahí, como una bebida embriagadora que, con el tiempo, se transforma en veneno. Es el mismo placer desordenado que se retuerce contra nosotros y se transforma en sufrimiento. Y esto, o improvisamente y trágicamente, o un poco cada vez, en cuanto que no dura mucho y genera hartura y hastío.
Es una lección que nos viene de la crónica diaria, si la sabemos leer, y que el hombre ha representado en mil formas en su arte y en su literatura. «Un no sé qué de amargo surge de lo íntimo de cada placer y nos angustia incluso en medio de las delicias», escribió el poeta pagano Lucrezio. El placer en sí mismo es engañoso porque promete lo que no puede dar. Antes de ser saboreado, parece ofrecerte el infinito y la eternidad; pero, una vez que ha pasado, te encuentras con nada en la mano. La Iglesia dice tener una respuesta a este que es el verdadero drama de la existencia humana. Ha habido, desde el inicio, una elección del hombre, hecha posible por su libertad, que le ha llevado a orientar exclusivamente hacia las cosas visibles ese deseo y esa capacidad de gozo de la que había sido dotado para que aspirara a gozar del bien infinito que es Dios.
Al placer, elegido contra la ley de Dios y simbolizado por Adán y Eva que prueban del fruto prohibido, Dios ha permitido que le siguieran el dolor y la muerte, más como remedio que como castigo. Para que no ocurriera que, siguiendo a rienda suelta su egoísmo y su instinto, el hombre se destruyera del todo a sí mismo y a su prójimo. (¡Hoy, con la droga y las consecuencias de ciertos desórdenes sexuales, vemos cómo es posible destruir la propia vida por el placer de un instante!). Así al placer vemos que se le adhiere, como su sombra, el sufrimiento. Cristo por fin ha roto esta cadena. Él, «en lugar del gozo que se le proponía, soportó la cruz» (Hb 12,2). Hizo, en resumen, lo contrario de lo que hizo Adán y de lo que hace cada hombre. Resurgiendo de la muerte, Él inauguró un nuevo tipo de placer: el que no precede al dolor, como su causa, sino que le sigue como su fruto; el que halla en la cruz su fuente y su esperanza de no acabar ni siquiera con la muerte. Y no sólo el placer puramente espiritual, sino todo placer honesto, también el que el hombre y la mujer experimentan en el don recíproco, en la generación de la vida y al ver crecer a los propios hijos o nietos, el placer del arte y de la creatividad, de la belleza, de la amistad, del trabajo felizmente llevado a término. Todo gozo.
La diferencia esencial es que es el placer en este caso, no el sufrimiento, el que tiene la última palabra. ¿Qué hacer entonces? No se trata de ir en busca del sufrimiento, sino de acoger con ánimo nuevo el que hay en la vida. Podemos comportarnos con la cruz como la vela con el viento. Si lo toma por el lado adecuado, el viento la hincha e impulsa la barca por las olas; si en cambio la vela se atraviesa, el viento parte el mástil y vuelca todo. Bien tomada, la cruz nos conduce; mal tomada, nos aplasta.
[Original italiano publicado por «Famiglia Cristiana». Traducción realizada por Zenit]

No pretendo poder responder. Este misterio no lo entenderemos completamente en la tierra. Pero si debemos tomar en cuenta lo que Dios nos revela al respecto: Dios no se quedó distante. El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. El mismo sufrió en su carne los mas atroces dolores de la cruz por amor.
Jesús está presente en el sufrimiento de cada persona. Quien hace daño a su prójimo se lo hace al mismo Jesús:
Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.- Mateo 25,40
Dios no quiere que nadie sufra. El sufrimiento lo causamos los hombres por el pecado que es rebelión contra Dios. Dios lo permite porque nos hizo libres, pero lo transforma de manera que pueda ser camino de liberación. Al morir en la cruz, Jesús hizo que el sufrimiento ya no fuese en vano. Lo podemos ofrecer a Dios uniéndolo a los sufrimientos de Cristo.
El sufrimiento NO es señal de culpa personal. Jesús sufrió y todos, buenos y malos sufrimos. El mal nos viene por un solo hombre, Adán; La salvación nos viene por un hombre: Jesús. En El todos tenemos acceso a la gracia para vencer en las pruebas.
No podemos, sin embargo, quedarnos en las palabras. Ante el sufrimiento de nuestros hermanos Dios nos manda a responder con todo nuestro corazón. Estamos ante el mismo Cristo sufriente y debemos hacer todo lo posible por ayudarles.
Pero al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar.-Mateo 18,6

Aun los niños tienen la capacidad de entender que los sufrimientos tienen gran valor si los ofrecemos a Dios. Los niños de Fátima son un gran ejemplo: Ellos sufrieron mucho pero comprendieron que lo podían ofrecer por los pecadores.
El sufrimiento no es la última palabra. Todo pasa muy rápido y después será la victoria y la recompensa de los que han sido fieles.
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Terrorismo


Terrorismo: Actos de violencia ejecutados para infundir terror. Con frecuencia incluye el asesinato. Suele utilizarse como arma política. En la actualidad hay numerosos focos de terroristas en el mundo. Entre los países afectados están Colombia, Israel, Palestina, España y Estados Unidos. Pero el terrorismo en sus diferentes formas puede golpear en cualquier parte.
La Iglesia condena fuertemente el terrorismo por ser radicalmente contrario al Evangelio.
«La muerte de un ser humano no puede ser la solución a cualquier reivindicación y no puede hacer de los asesinos interlocutores del diálogo y de la paz» - Benedicto XVI, 29,VII;2005

Actos terroristas y represalias

"En el origen de estas oposiciones despiadadas hay, lamentablemente, situaciones objetivas de violación del derecho y de la justicia. Pero ni los actos terroristas ni las represalias, sobre todo cuando existen trágicas consecuencias para la población civil, pueden justificarse. Por caminos así –como la amarga experiencia demuestra— no se llega a resultados positivos." -Benedicto XVI, 15,VII,06, ante el conflicto del Medio Oriente.

Colaboración con el terrorismo no es lícita

«No es lícito colaborar de ningún modo con ETA [terroristas] ni con su entorno. Quienes lo hicieran no merecerían el nombre de cristianos».-El cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, hablanod en nombre de los obispos de España, 23,IV,2001

La responsabilidad de los cristianos

Jesucristo nos enseñó que: 1- El tiene todo poder, 2- Nosotros debemos propagar su reino de amor, 3-El estará con nosotros siempre hasta el fin del mundo (Cf. Mt 28,18-20). En Cristo tenemos el poder para vencer a Satanás (Cf. Lc 10, 18), pero para lograrlo es necesario negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguir a Jesús (Cf. Lc 14,27).

El mal avanza porque los cristianos duermen

Jesús nos dijo: "Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y ser pisoteada por los hombres" Mateo 5,13. Podemos deducir que el avance del mal en el mundo es el resultado de la falta de sal, la falta de luz. Los cristianos se han dejado seducir por el mundo. El grado de insolencia y de inmoralidad ha llegado a un grado intolerable. Muchos cristianos ya ni siquiera conocen el camino de la fe y la moral. Nos podríamos preguntar ¿que tendrá que ocurrir para que los que se llaman cristianos regresen a Dios?. ¿Como adquirirá este mundo sabor a Cristo?. Ni la tecnología, ni los ejércitos, ni la inteligencia nos podrán salvar. Solo podemos vencer al mal con el poder del bien, siendo verdaderos discípulos de Cristo.
Recordemos que estamos en batalla espiritual. Cuando el pecado se propaga Satanás tiene mas acceso al mundo. Pero la fe puede mover montañas y restituir la paz.

Resoluciones concretas ante el terrorismo

1-Tomar conciencia de la seriedad de nuestros tiempos y tener fe.
Ya han muerto miles de seres humanos y el peligro del terrorismo para todos es muy grande. El mundo libre ha sido profundamente traumatizado. No sabemos que ocurrirá con la economía ante semejante golpe, pero se esperan graves consecuencias que resultarán en gran cantidad de pérdidas de empleo. Ya han quebrado varias compañías, otras han empezado a despedir miles de empleados. En la actual economía global todos seremos afectados. No queremos ni exagerar ni minimizar, el cristiano enfrenta la realidad sin embagues porque lo sostiene su fe.

2-Heroísmo y conversión. Ante estos eventos debemos realizar que Cristo es la única respuesta. La impiedad y el pecado abren el paso al mal. En medio del terror han surgido verdaderos héroes que han respondido con gran entrega, muchos hasta dar sus vidas para salvar a otros. Ellos deben inspirarnos a renunciar a una vida facilona. Cristo nos llama a ser valientes hasta dar la vida por amor.

La lucha no es solo contra el enemigo externo sino principalmente contra nuestro propio pecado. El pecado de cada persona abre el camino al mal en el mundo. Pongamos todo nuestro corazón en Jesús para vivir nuestro compromiso cristiano de servicio a Dios y al prójimo.

3-Oración, ayuno y misericordia. Los Padres de la Iglesia nos enseñan que estas tres prácticas son inseparables. ¡Cuantas veces nos lo ha pedido la Virgen! En Fátima nos dijo que la oración puede parar la guerra. Debemos comprometernos a mas oración, disciplinarnos a orar diariamente. Restauremos la práctica de la oración diaria del rosario en familia. Oremos por las víctimas, por sus familias, por todos los que sufren, por la paz del mundo... El Papa el día del ataque terrorista nos exhortó a usar el escapulario.

Ante la barbarie de los terroristas no faltan los que dan paso al odio y la venganza. Quien odia se rebaja a si mismo a imitar a los terroristas que buscan la violencia y la muerte para justificar su causa. Los gobiernos tienen el deber de defenderse y proteger a sus ciudadanos, pero no por odio. No se puede justificar la matanza de civiles para vengarse de un mal. La victoria esta en Cristo.

4-Evangelizar. Los cristianos somos la sal de la tierra y la luz del mundo. ¿Estamos propagando el reino de Dios? El Papa que nos ha llamado a un renovado esfuerzo de evangelización. El futuro de la humanidad depende de que los corazones se abran al amor de Cristo.

Preparémonos para grandes sacrificios. Dios quiera que en las pruebas crezca nuestra fe y demos gloria a Dios. No teman. Cristo está con nosotros y nos dará las gracias necesarias. Al final el Inmaculado Corazón triunfará.

5-Rechazar las falsas profecías ¡Cuantos se dejan engañar por falta de discernimiento!

Una llamada urgente

Jesucristo, a través de Su Madre y del Papa, nos ha llamado con gran insistencia a la conversión y al retorno a la fe. Ese es el mensaje central de las apariciones de Fátima y muchas apariciones mas recientes ocurridas por el mundo entero (ej: Akita), también las apariciones de Jesús a Santa Faustina (primera persona canonizada en el año 2000). Debemos entrar entrar urgentemente en Su misericordia. Se trata de una llamada a una profunda renovación de la vida cristiana que es vida en el Espíritu Santo. ¿Que hemos hecho?

¿Como es posible que las fuerzas del mal sean tan comprometidas, dispuestas a cualquier sacrificio y nosotros los cristianos seamos tan flojos para seguir a Cristo? Ya lo dijo Jesús:

Los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz. Lucas 16,8

¡Pero con la gracia de Dios podemos convertirnos! Jesús quiere prender el fuego de su amor en nuestros corazones. ¿Lo deseas con todo tu corazón?, ¿Deseas tanto que reine el amor de Cristo como los terroristas desean que impere el terror?.

El amor vencerá sobre el odio

No te excuses diciendo que no quieres caer en el fanatismo. Esa es excusa de cobardes y corazones mezquinos. La diferencia entre el cristianismo verdadero y el fanatismo es radical. El cristianismo se fundamenta en el amor a Dios y a los hermanos, mientras que el fanatismo se alimenta del odio. Dios es amor, mas fuerte que todo el odio del mundo. Solo se conquista el odio con el amor de Dios.

¿Como se explica que se cometan actos de odio y violencia en nombre de Dios y la religión? Quienes los cometen no conocen a Dios. Dios es amor. El Papa, el día del ataque terrorista dijo: "Dios omnipotente y misericordioso, no te puede comprender quien siembra discordia, no te puede acoger quien ama la violencia" (Vaticano, 12 sept 01).

Pero nosotros, los cristianos que vivimos en el occidente, debemos aceptar nuestra responsabilidad. ¿Hemos sido luz y sal?, ¿Hemos buscado con todo el corazón propagar el Evangelio, la justicia? Los países cristianos se han olvidado de Dios y caen cada vez mas en el paganismo.

No se puede vencer el mal con el odio. Ni ser resuelve el problema del terrorismo tan solo respondiendo con ataques militares. Cada uno de nosotros tiene mucho que hacer: buscar la conversión, tomarnos en serio la llamada a la santidad y a la evangelización. Debemos orar, hacer penitencia y reparar por los terroristas.

"LA PAZ NO ESTA SEPARADA DE LA JUSTICIA, PERO SIEMPRE DEBE NUTRIRSE DE LA CLEMENCIA Y EL AMOR" -JUAN PABLO II (1996)

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Constantino emperador...¿y constructor del cristianismo?



En el capítulo 55 de El Código da Vinci se produce la gran iniciación de Sophie en los misterios de la diosa. Langdon y Tea-bing exhiben una panoplia de argumentos que «demuestran» la falsedad de la Iglesia, que no habría sido fundada por Jesús, sino por Constantino. Entre otras, se dicen estas cosas:

«Yo creía que Constantino era cristiano -intervino Sophie.

»-Sólo un poquito -soltó Teabing burlón-. Fue pagano toda su vida y lo bautizaron en su lecho de muerte, cuando ya estaba demasiado débil como para oponerse».

«Constantino [...] en el año 325 decidió unificar Roma bajo una sola religión: el cristianismo».

«Constantino era muy buen empresario. Veía que el cristianismo estaba en expansión y, simplemente, apostó por un caballo ganador. Los historiadores siguen maravillándose de su capacidad para convertir a la nueva religión a unos paganos adoradores del sol. Con la incorporación de símbolos paganos, fechas y rituales a la creciente tradición cristiana, creó una especie de religión híbrida que pudiera ser aceptada por las dos partes. »-Transformación mágica -dijo Langdon-. Los vestigios de la religión pagana en la simbología cristiana son innegables. Los discos solares de los egipcios se convirtieron en las coronillas (sic) de los santos católicos. Los pic-togramas de Isis amamantando a su hijo Horus, concebido de manera milagrosa, fueron el modelo de nuestras modernas imágenes de la Virgen María amamantando al Niño Jesús. Y prácticamente todos los elementos del ritual católico, la mitra, el altar, la doxología y la comunión, el acto de "comerse a Dios", se tomaron de ritos mistéricos de anterioresreligiones paganas. [...] Nada en el cristianismo es original. El dios precristiano Mitras, llamado "Hijo de Dios y Luz del Mundo" nació el 25 de diciembre, fue enterrado en una tumba excavada en la roca y resucitó al tercer día. Por cierto, el 25 de diciembre también es el cumpleaños de Osiris, de Adonis y de Dionisos. Al recién nacido Krishna le regalaron oro, incienso y mirra».

«Originalmente -apuntó Langdon-, los cristianos respetaban el sabath de los judíos, el sábado, pero Constantino lo modificó para que coincidiera con el día de veneración pagana al sol».

«Durante esa fusión de religiones, a Constantino le hacía falta fortalecer la nueva tradición cristiana, y ordenó la celebración del famoso Concilio Ecuménico de Nicea. [...] Hasta ese momento de la historia, Jesús era, para sus seguidores, un profeta mortal... un hombre grande y poderoso, pero un hombre, un ser mortal. [...] El hecho de que Jesús pasara a considerarse "el Hijo de Dios" se propuso y se votó en el Concilio de Nicea».

La divinidad de Jesús fue el resultado de una votación «y de una votación muy ajustada».

Antes se ha mencionado cómo ya en el siglo XII los cataros practicaban y aconsejaban la «piadosa» costumbre de mentir con toda tranquilidad a los que no pertenecían a su secta, como signo de superioridad y desapego de las realidades físicas y externas. También ellos tenían antiguos ejemplos dentro de la familia gnóstica. A mediados del siglo II, Carpócrates animaba a sus secuaces a quebrantar todos los mandatos morales para así superar la esclavitud del mundo visible: mentían, robaban y cometían los actos más degenerados, convencidos de escalar así peldaños espirituales.

Los textos escogidos de El Código da Vinci se insertan en la mejor tradición gnóstica. Es difícil poner algo de orden en toda esta maraña, pero hay que intentarlo.

LA VERDAD

A) La actitud de Constantino respecto a la religión
Flavio Valerio Constantino nació en una fecha desconocida entre el 273 y el 280, en Serbia. Aunque la madre de Constantino, Santa Elena, era cristiana, él se crió en la religión de su padre, Constancio Cloro, que era adorador del sol. El culto del Sol Invictus era una religión sincretista y monoteísta. Es decir, aunque «pagano», Constantino no fue nunca politeísta, nunca creyó en «muchos dioses». Mientras otros gobernantes romanos contemporáneos fueron feroces anticristianos, el emperador Constancio Cloro, su padre, practicó siempre una política de tolerancia hacia los cristianos. Eso hace pensar que desde su juventud Constantino podía compartir la misma inclinación de su padre, benevolente hacia una religión que, como la suya, también proclamaba la existencia de un solo Dios. Las cosas estaban así cuando en la primavera de 312 Constantino se encontraba en pleno enfrentamiento con Majencio. El Ejército de Constantino era mucho menor que el de su enemigo, pero aun así, marchó hacia Roma, enfrentándose en varias ocasiones con destacamentos leales a su oponente, que pretendían minar su fuerza. Pero los derrotó a todos. Cuando se acercaba a la Ciudad Eterna para enfrentarse a Majencio, le ocurrió algo extraño. Es la famosa visión que le ordenaba que grabase sobre los escudos de sus soldados la señal de la cruz y entrase en batalla. Constantino mandó a sus tropas inscribir sobre sus protecciones las letras X y P, las dos primeras de la palabra Cristo en griego. Al día siguiente se encontró con el Ejército de Majencio en la batalla del Puente Milvio y lo derrotó, quedando como dueño absoluto del Imperio romano en Occidente.
Constantino consideró siempre aquella visión como algo extraordinario y a partir de ese momento se sintió especialmente ligado al Dios de los cristianos. Al año siguiente proclamó, junto con el emperador de Oriente, el Edicto de Milán, en el que se reconocía el cristianismo como religión legal, de forma pública: se concedía a todo ciudadano «Libe-ratn potestatem sequendi religionem, quam quisque voluis-set»[25]. A partir de entonces mostró una clara preferencia por la religión cristiana pero no dictó aún disposiciones contra la religión pagana, todavía oficial del Estado. Él mismo conservó siempre el título de Pontifex maximus, la máxima autoridad de aquellos cultos paganos, pero inició lentamente algunas restricciones que anunciaban a las claras que la balanza se inclinaba hacia el cristianismo. Desde el mismo 313, el obispo cordobés Osio aparece como consejero del emperador, que poco a poco fue instruyéndose en la religión cristiana. El emperador regaló al Papa el palacio de Letrán, en adelante

Su sincero aunque poco formado cristianismo le llevó a intervenir en defensa de la Iglesia, lo cual no obsta para que, siendo un gran estadista, pretendiera unir esa defensa con la estabilidad del Imperio. En aquel tiempo los cristianos rondaban un tercio de la población a su cargo, de modo que los litigios de la Iglesia podían ser problemas dogmáticos, pero ya empezaban a ser también problemas sociales. Cuando Constantino se acerca al cristianismo, lo hace a la Iglesia católica. Por entonces, existían algunas sectas del cristianismo pero, salvo la de los donatistas en Cartago y poco después la de los arrianos, eran extremadamente minoritarias. Si Constantino entra en conocimiento de ellas es por intención de defender el catolicismo de sus enemigos.
El emperador promovió la celebración en Roma de un sínodo de obispos el mismo año 313 que condenó a la secta donatista. Como los seguidores de Donato no se sometieron, el mismo Constantino tomó cartas en el asunto, aunque la herejía subsistió aún durante bastante tiempo. Cuando en el 323 Constantino venció al emperador de Oriente, Licinio, se hizo dueño absoluto de todo el Imperio. Por entonces la secta amana hacía estragos por la parte oriental del Imperio. El emperador, promovió la celebración de un concilio que resolviera esta cuestión y proclamase la ortodoxia católica. El concilio se celebró en el palacio imperial de Nicea, en la región de Bitinia. De aquella reunión salió el Credo de Nicea, resumen de la doctrina cristiana en el que se declara la naturaleza del Hijo de Dios: «Engendrado, no creado; consustancial con el Padre». Fórmula a la que se adhirió entusiasta el propio Constantino, aunque más adelante habría de verse del lado de los arrianos, por maquinaciones de su propia hermana y de algunos obispos y por su propia falta de claridad.
Desde el punto de vista de la Iglesia, la valoración de conjunto de la obra de Constantino es positiva, aunque no exenta de oscuras sombras.

B) Las fabulaciones de El Código respecto de Constantino

«Fue pagano toda su vida y lo bautizaron en su lecho de muerte, cuando ya estaba demasiado débil como para oponerse».

Ya se ha visto que Constantino fue pagano -nunca politeísta- al menos hasta la batalla del Puente Milvio, pero después, aunque nadie puede conocer su interior, ni siquiera Brown, se comportó siempre como un «simpatizante» del cristianismo. Llegó a llamarse públicamente cristiano en un edicto imperial. Eso es lo único cierto. No hay ningún indicio ni prueba de que fuera un hipócrita. El motivo de retrasar su bautizo obedece quizás a una conversión superficial que le hacía temer los rigores de la vida cristiana. Otra posible razón es su sentido de las obligaciones imperiales. Hasta el final de su vida fue el máximo pontífice de los cultos paganos del Estado, como correspondía a un emperador, y aunque restringió este tipo de actividades, un año antes de su muerte aún legisló para proteger a los sacerdotes paganos. La decisión de bautizarse la tomó él mismo y recurrió a un obispo a quien conocía, que, casualmente o no, era el más próximo a la villa imperial. Murió cristiano, aunque no sabemos si hereje arriano o católico de corazón.

«Constantino en el año 325 decidió unificar Roma bajo una sola religión: el cristianismo».

La Iglesia no se convierte en religión oficial del Imperio hasta el reinado de Teodosio, a partir del año 380. Esto es, 55 años después de Nicea, y más de cuarenta años después de la muerte de Constantino. Pero antes de llegar a esa oficialidad, el Imperio conoció el arrianismo oficial de Constancio, hijo de Constantino, y el intento de restauración del paganismo oficial con Juliano el Apóstata. Constantino no unificó Roma bajo una sola religión, y aunque favoreció al cristianismo también garantizó los derechos de los demás cultos, prohibiendo sólo los que consideraba supersticiosos o decadentes, como la actividad adivinatoria de los harús-pices o algunas fiestas de Venus. La simpatía espiritual de Constantino hacia Cristo no le impedía a la vez valorar la importancia social del cristianismo y sabía que el concilio traería el triunfo de la ortodoxia y como consecuencia, la pacificación social. Deseaba ambos frutos y por eso alentó su celebración.

«Los historiadores siguen maravillándose de su capacidad para convertir a la nueva religión a unos paganos adoradores del sol. Con la incorporación de símbolos paganos, fechas y rituales a la creciente tradición cristiana creó una especie de religión híbrida que pudiera ser aceptada por las dos partes».

Menos de diez años antes de que Constantino accediera al poder los cristianos habían sufrido las últimas persecuciones, especialmente sangrientas. El reinado de Constantino significó primero la completa legalización del culto cristiano, y luego un creciente apoyo. Pero nunca se impidió a los paganos el ejercicio de su religión, de modo que no «fueron convertidos». La acusación de haber creado una religión híbrida o sincrética aceptable por las dos partes es un disparate. Recuérdese que los cristianos acababan de salir de un período de casi tres siglos en el que eran religio illicita y en el que decenas de miles de mártires habían tenido que dar testimonio de su fe derramando su propia sangre. Estaba aún candente el problema que surgía entre los cristianos después de cada persecución: ¿cómo tratar y con qué condiciones volver a aceptar en el seno de la Iglesia a los que habían sucumbido ante la amenaza o la tortura?
Los más rigoristas se negaban a readmitir a los que bajo el terror habían apostatado e incluso a los que sólo habían fingido ofrecer sacrificios a los dioses para que no se metieran con ellos. Los más ecuánimes eran partidarios de aceptarlos, pero no sin severas penitencias. Los cristianos estaban acostumbrados a luchar por la pureza de la fe. Constantino no innovó ni modificó la doctrina de una Iglesia que para entonces estaba curtida en la persecución y que tenía una clara conciencia de su identidad. Además, en un contexto semejante, ¿cómo iban a aceptar los cristianos una religión que mezclara a Cristo con el paganismo? ¿Es que acaso los mártires habían dado su vida para echar el agua del paganismo en el vino del evangelio?
Brown no puede aportar prueba ninguna de lo que dice, ya que es falso. Quien sí que intentó alterar la doctrina cristiana fue Constancio, hijo de Constantino, una vez que quedó dueño del Imperio. Para ello persiguió a los católicos ortodoxos, que se oponían tenazmente y que liderados por San Atanasio mantuvieron inalterada la fe. Consiguió dar auge a la herejía arriana, pero no pudo eliminar ni modificar la doctrina católica.

«Los vestigios de la religión pagana en la simbología cristiana son innegables. Nada en el cristianismo es original».

Esta acusación contra el cristianismo es recurrente. También es infundada, por tres razones:

El cristianismo no se presenta como una religión «original», sino como la religión verdadera. Este detalle es importantísimo, porque es una incongruencia juzgar a la religión cristiana según criterios que sólo tienen validez para nuestra sociedad consumista. Nuestra sociedad valora por encima de todo lo «totalmente nuevo». La religión cristiana no siente ningún recelo en adoptar e incorporar elementos iconográficos propios de tradiciones religiosas diferentes, puesto que, como dice San Pablo, «todo lo bueno os pertenece».
El cristianismo resulta totalmente diferente al resto de las religiones: respecto del judaismo, por la Encarnación de Dios; y respecto de las demás religiones, porque es la única que no recurre al mito. Puede haber historias míticas en distintas tradiciones que presenten a un dios que muere y que renace, pero Cristo es Dios y hombre, y lo matan realmente y resucita ante testigos.
En otras palabras, es la única religión que reclama la historicidad de lo que predica. Los críticos se empeñan en no ver este factor y pretenden disolver la única originalidad del cristianismo: «Nació de María, en Belén, predicó por los pueblos de Israel, murió siendo Pilatos pretor, en Jerusalén, y resucitó al tercer día».
Brown se empeña en ensuciar el nombre cristiano, por lo que los datos que da son falsos y los interpreta sin fundamento. Concretamente, Brown acusa a los cristianos de plagiar.

José Antonio Ullate Fabo

(conoZe.com)

viernes, 6 de febrero de 2009

Halloween: ¿cómo lo enfrenta un cristiano?


La Solemnidad de Todos los Santos es el 1 de Noviembre. Esta fiesta, como todas las solemnidades, comienza la noche anterior. Por eso, a la noche del 31 de octubre se le llama, en el inglés antiguo, "All hallow's eve" (víspera de todos los santos). Mas tarde "All hallow´s eve" se abrevió a "Halloween". Pero, como las celebraciones de un pueblo reflejan su cultura y su fe, Halloween dejó de ser una fiesta cristiana para convertirse en una fantasía de bruja y fantasmas.
Pregunta de una madre: ¿Si los niños se ponen un disfraz que no sea de terror y van a pedir dulces como todos sus amiguitos de la escuela y yo les explico que es la noche de todos los santos, estoy bien? Pues pienso que si no les permito la parte bonita o buena de esta costumbre, ellos se van a sentir relegados y frustrados.
Respuesta : Me parece que es bueno proveer posibilidades para que los niños jueguen y se diviertan sanamente. Al mismo tiempo cuida que tus hijos no confundan lo que es juego con la celebración religiosa. Puedo poner de ejemplo mi propia experiencia que sin duda fue feliz gracias a la sabia instrucción y cuidado de mi madre. Durante mi infancia viví en un pueblito de USA. Para nosotros Halloween era una noche muy divertida en que nos disfrazábamos, hacíamos fiesta, íbamos con los amigos a buscar golosinas por las casas. Sabíamos que todo era broma, ninguno de nuestro grupo pretendía comunicarse con espíritus, ni creíamos en supersticiones, ni hacíamos daño a nadie, ni teníamos en realidad miedo. Nos reíamos y lo pasábamos bien jugando como niños. No celebrábamos esa noche como una fiesta religiosa pero tampoco nada inmoral ni demoníaco. Al día siguiente íbamos a misa para celebrar la fiesta de todos los santos. Mis hermanos y yo teníamos clara la diferencia entre la noche de juego y la fiesta real de los santos, a los que teníamos gran respeto y admiración.
Sin embargo hoy día los padres deben tener mucho mas cuidado que hace 40 años. Las cosas han cambiado. Ha disminuido mucho la práctica de la fe dejando un gran vacío. No se aprecia el testimonio de los santos y en vez se buscan sensaciones inmediatas para divertirse sin tomarse nada en serio. Jugar a las brujas y fantasmas parece una broma, una diversión inofensiva, pero el demonio se aprovecha de quienes tienen poca fe para infiltrar las prácticas paganas y ocultistas que abundan.
Los jóvenes, por los medios de comunicación, y a veces en las escuelas, están expuestos al paganismo, el ocultismo y la superstición. Las librerías dedican secciones enteras a libros de la
Nueva Era, magia y ocultismo. Las ventas Harry Potter sobrepasan los 300 millones y, mientras los padres creen que es solo fantasía, los niños están iniciándose en las prácticas de la magia y creencias ocultistas. Ver Harry Potter.
La ouija y otras formas de adivinación son muy populares entre los jóvenes (cientos de ellos me han escrito por mi artículo sobre la ouija contando sus experiencias); Los juegos violentos por computadora; la fascinación de la música con temas oscuros, con la muerte y con matar; Los wicca (muchos jóvenes se están metiendo en esta religión) se enorgullecen de sus brujerías y creencias paganas. Halloween es una de las celebraciones mas importantes para los satanistas y ocultistas. Esa noche realizan “misas” negras y otras graves ofensas a Dios. Ver: testimonio de ex-satanista al final de esta página. Esa noche se registra un aumento de crímenes, por lo que la policía, en muchos lugares, se mantiene en estado de alerta.
Hay cristianos que justifican sin reservas la celebración de halloween sin considerar lo arriba explicado. Algunos citan al Vaticano II donde nos exhorta a descubrir los valores buenos de la cultura. Cierto. Pero también debemos discernir a la luz del Evangelio lo que no es bueno para cambiarlo. Es necesario reconocer que el demonio existe y se infiltra con astucia en la cultura.

El arzobispado de México señaló - Ciudad México 30-X-07, (AICA) -que "si buscamos ser fieles a nuestra fe y a los valores del Evangelio, debemos concluir que la fiesta del Hallowen no sólo no tiene nada que ver con la celebración que le dio origen, sino que incluso es nociva y contraria a la fe y la vida cristiana".
Conclusión: Los padres, al mismo tiempo que desean que sus hijos se diviertan sanamente con sus amigos, deben estar atentos a las prácticas y creencias dañinas que existen en su ambiente. No se trata de ver al demonio en todas partes pero si deben saber que es un enemigo real, que se mete por cualquier grieta que se le abra. En cuanto a los disfraces, los padres deben supervisar para evitar lo que ofende a Dios o falta a la modestia. ¿Que ideales representa el personaje del disfraz?. Los padres no deben tener miedo de investigar e imponer límites, aunque otros padres no lo hagan.
Los padre también deben cuidar que halloween no remplace la
Solemnidad de Todos los Santos, fiesta que nos recuerda que son muchos los santos en el cielo, no solo los canonizados. Recordamos la comunión de los santos, que todos somos llamados por Dios a ser santos y un día llegar al cielo. Si tienes el apoyo de otros padre o de la escuela puedes organizar alternativas a Halloween.

Pregunta:
Hola Padre, tengo una duda. En mi trabajo han decorado por halloween y nos piden que lleguemos ese día al trabajo disfrazados. En este caso, padre, ¿que debo hacer yo como Catolica que soy?
Respuesta: Disfrazarse para una fiesta no es algo inmoral. Mientras en la fiesta des testimonio de virtud cristiana.

Raíces paganas de Halloween
Ya desde el siglo VI antes de Cristo los celtas del norte de Europa celebraban el fin del año con la fiesta de Samhein (o La Samon), fiesta del sol que comenzaba la noche del 31 de octubre. Marcaba el fin del verano y de las cosechas. El colorido de los campos y el calor del sol desaparecían ante la llegada de los días de frío y oscuridad. Creían que aquella noche, el dios de la muerte permitía a los muertos volver a la tierra fomentando un ambiente de muerte y terror. La separación entre los vivos y los muertos se disolvía aquella noche y haciendo posible la comunicación entre unos y otros. Según la religión celta, las almas de algunos difuntos estaban atrapadas dentro de animales feroces y podían ser liberadas ofreciéndole a los dioses sacrificios de toda índole, incluso sacrificios humanos.
Aquellos desafortunados también creían que esa noche los espíritus malignos, fantasmas y otros monstruos salían libremente para aterrorizar a los hombres. Para aplacarlos y protegerse se hacían grandes hogueras. Estas hogueras tuvieron su origen en rituales sagrados de la fiesta del sol. Otras formas de evitar el acoso de estos macabros personajes era preparándole alimentos, montando macabras escenografías y disfrazándose para tratar de asemejarse a ellos y así pasar desapercibidos a sus miradas amenazantes. Es el demonio quien en todas las épocas busca implantar la cultura de la muerte.
Al no conocer al verdadero Dios, aquella gente vivía aterrorizados ante las fuerzas de la naturaleza y las realidades del sufrimiento y la muerte. De alguna forma buscaban desahogar su miedo dándole expresión en toda clase de fantasías. Todo lo feo, lo monstruoso y lo amenazante que se puede imaginar en figuras de animales y seres humanos constituye la base para darle riendas libres a la imaginación del terror.

Mezcla con el cristianismo
Cuando los pueblos celtas se cristianizaron, no todos renunciaron a las costumbres paganas. Es decir, la conversión no fue completa. La coincidencia cronológica de la fiesta pagana con la fiesta cristiana de Todos los Santos y la de los difuntos, que es el día siguiente, hizo que algunos las mezclaran. En vez de recordar los buenos ejemplos de los santos y orar por los antepasados, se llenaban de miedo ante las antiguas supersticiones sobre la muerte y los difuntos.
Algunos inmigrantes Irlandeses introdujeron Halloween en los Estados Unidos donde llegó a ser parte del folklore popular. Se le añadieron diversos elementos paganos tomados de los diferentes grupos de inmigrantes hasta llegar a incluir la creencia en brujas, fantasmas, duendes, drácula y monstruos de toda especie. Desde USA, Halloween se ha propagado por todo el mundo.

Algunas costumbres de Halloween
Trick or Treat
Los niños (y no tan niños) se disfrazan (es una verdadera competencia para hacer el disfraz más horrible y temerario) y van de casa en casa exigiendo «trick or treat» (truco o regalo). La idea es que si no se les da alguna golosina le harán alguna maldad al residente del lugar que visitan. Para algunos esto ha sido un gracioso juego de niños. Ultimamente esta práctica se ha convertido en algo peligroso tanto para los residentes (que pueden ser visitados por una ganga violenta), como para los que visitan (Hay residentes que reaccionan con violencia y han habido casos de golosinas envenenadas). En todo caso los comienzos de esta costumbre parece ser que se remonta a la persecución contra los católicos en Inglaterra cuando las residencias de los católicos eran presa de amenazas.

La Calabaza
Según una antigua leyenda irlandesa un hombre llamado Jack había sido muy malo y no podía entrar en el cielo. Tampoco podía ir al infierno porque le había jugado demasiados trucos al demonio. Tuvo por eso que permanecer en la tierra vagando por los caminos, con una linterna a cuesta. Esta linterna primitiva se hace vaciando un vegetal y poniéndole dentro un carbón encendido. Jack entonces se conocía como "Jack of the Lantern" (Jack de la Linterna) o, abreviado, Jack-o-'Lantern. Para ahuyentar a Jack-o-'Lantern, la gente supersticiosa ponía una linterna similar en la ventana o frente a la casa. Cuando la tradición se popularizó en USA, el vegetal con que se hace la linterna comenzó a ser una calabaza la cual es parte de las tradiciones supersticiosas de Halloween. Para producir un efecto tenebroso, la luz sale de la calabaza por agujeros en forma del rostro de una calavera o bruja.

Fiestas de Disfraces
Una fiesta de disfraces no es algo intrínsecamente malo. Pero si hay que tener cuidado de que el disfraz no tape la conciencia del pudor, del respeto a lo sagrado y de la moral en general.
Jesucristo es victorioso sobre el mal
La cultura moderna, jactándose de ser pragmática y científica, se aparta de Dios considerándolo un mito ya superado. Al mismo tiempo, para llenar el vacío del alma, el hombre de hoy retrocede cada vez más al absurdo de la superstición y del paganismo. Sin la fe, el hombre se arrastra hacia la necesidad de protegerse de fuerzas que no puede dominar. Vive con miedo y necesita expresarlo. Busca de alguna manera con sus ritos exorcizar las fuerzas superiores.
Como católicos, profesamos que solo Jesucristo nos libera de la muerte. Solo Él es la luz que brilla en la oscuridad de los largos inviernos espirituales del hombre. Solo El nos protege de la monstruosidad de Satanás y los demonios. Solo El le da sentido al sufrimiento con su Cruz. Solo El es vencedor sobre el horror y la muerte. Solo Dios basta para quién ha recibido la gracia y vive como discípulo de Cristo. Ante Cristo la cultura de la muerte cede el paso al amor y la vida.

Alternativas al Halloween
Los cristianos debemos no solo desenmascarar el mal sino ser además luz en las tinieblas. Debemos abogar por el retorno a la verdadera celebración de la
Fiesta de Todos los Santos que comienza en la noche del 31 de octubre. En la liturgia de esa noche, San Pablo nos enseña que los santos están con nosotros:
Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, reunión solemne y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos llegados ya a su consumación. -Hebreos 12,22-24
Debemos celebrar gozosamente esta realidad. Se pueden hacer muchas celebraciones en torno a los santos. Los niños se pueden disfrazar de un santo favorito y aprenderse su vida, especialmente sus virtudes, con el fin de imitarlas. Los mayores pueden
leer sobre los santos, tener una fiesta en honor a un santo favorito de la comunidad o de la familia.
Tradicionalmente en España y en algunas comunidadse de Latino América, solía irse de puerta en puerta cantando, tocando instrumentos musicales y pidiendo dinero para celebrar misas para las ánimas del Purgatorio.
La Fiesta de Todos los Santos es una invitación a ser nosotros también santos. Las vidas maravillosas de los santos nos ayudan a vivir más perfectamente el Evangelio. Encontramos en ellos grandes amigos que intercederán desde el cielo por nuestra salvación.

Testimonio sobre
halloween de una conversa del satanismo (Noticia ACI)
Tras convertirse al catolicismo luego de practicar durante varios años el satanismo y el esoterismo, Cristina Kneer de Vidal, residente de Hermosillo, México, explicó que la fiesta de Halloween es la más importante para los cultos demoníacos pues además de iniciarse el nuevo año satánico, "es como si se celebrara el cumpleaños del diablo".La ex astróloga afirmó que la noche de Halloween no debe celebrarse por ningún católico pues, entre otras cosas, es la fecha en la que los grupos satánicos sacrifican a jóvenes y niños. "No quiero asustar a nadie, todo el mundo es libre de creer lo que quiera, pero mis palabras deben ser tomadas en cuenta, por lo menos pido que me escuchen, razonen y decidan", afirmó.
"Miles de personas han adoptado sin saberlo una costumbre satánica y con ello están propiciando el crecimiento del satanismo en México y en las grandes urbes", agregó Kneer y explicó que "son temas poco conocidos, practiqué la meditación y aunque ahora me arrepiento, llegué a abominar a Dios".
Ritos satánicos
"Se eligen preferentemente niños porque son los que aún no han pecado y son los preferidos de Dios", afirmó.Hay ocho principales fiestas satánicas: la más alta es la fiesta de Samhain o Halloween del 31 de octubre, en que se celebra el año nuevo satánico (para los católicos es la víspera de Todos los Santos). Luego sigue la fiesta del 21 de diciembre o la fiesta de Yule (cercana al día de la Navidad); el 22 de febrero se celebra la fiesta de Candlemas o festival de Luces. La siguiente fiesta en el calendario es el equinoccio de primavera, generalmente se hace el mismo día de la Pascua burlándose de la muerte de Jesús en la Cruz y la fiesta se distingue por un sacrificio similar.
Conversión
Cristina Kneer pertenece a un grupo conocido como SAL, que pretende enviar a los satanistas un mensaje de esperanza para que se conviertan y la petición de que no hagan más daño."Cualquier satánico que lea esta información y que quiera rechazar o abandonar el satanismo puede hacerlo con ayuda de Dios, como ya lo hemos logrado nosotras", señaló Kneer.

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Esta página es obra de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.Copyright © 1999 SCTJM

"Metafísica"


Etim.: Griego. meta, mas allá + physika, física

Padre Jordi Rivero
"Metafísica" es una de las muchas palabras nobles que han sido abusadas. Significa: "mas allá de la física" y estudia "el ser como ser". La metafísica clásica es parte de la filosofía (no de la religión). Los filósofos griegos antes de Cristo desarrollaron la metafísica. Ver:
Metafísica de Aristóteles. La metafísica como filosofía forma parte de los estudios para el sacerdocio antes de entrar en la teología. También se le llama Ontología, la filosofía del ser, de las primeras causas. La verdadera metafísica no se debe confundir con lo que muchos llaman "metafísica" pero no es mas que una falsa religión.

LA METAFISICA COMO RELIGION
Llaman también "Metafísica" a diversas creencias ya no filosóficas sino de corte pseudo-religioso y ocultista, que forman parte de la corriente de la Nueva Era. Suelen identificarse como asociaciones no religiosas, sin embargo entran en el campo de la religión y toman sus doctrinas de revelaciones misteriosas de sus maestros.
La página de uno de estos grupos dice: "Se dedica a impartir una enseñanza espiritual que mejora la calidad humana y ayuda a resolver, con éxito, las aparentes dificultades de la vida, a través de charlas, conferencias, eventos que son siempre gratuitos y por medio de la enseñanza contenida en los libros."
¿Que tipo de enseñanza? Si buscamos en el internet a estos grupos "metafísicos" encontramos que operan en torno a la
magia y el ocultismo. Se interesan por la alquimia (cambio de la naturaleza de los metales), la búsqueda de la "piedra filosofal", el "secreto de la eterna juventud", etc.
Tienen gran veneración por famosas personalidades del mundo ocultista. Uno de estos es "San Germain" (no canonizado por la Iglesia, claro está), del que dicen que tenía una impresionante erudición en todos los campos del saber, capacidades sobrenaturales, como la de crear diamantes de la nada; y a quien le atribuyen un origen misterioso y juventud eterna. Dicen que regresó a la tierra con otro nombre, como "maestro ascendido". No es extraño que todo esto fascine a ciertas personas.
Esta falsa metafísica utiliza una peculiar terminología para ambientar su mitología: Leemos sobre el "nombre armónico", círculos de iniciados: "altas esferas", "obra luz", "nivel etérico", "avatar de la era de acuario", "poderes de transmutación"....
El grupo de "Metafísica Renovada Ray Sol", de Venezuela, dice de su fundador: "Como avatar o Instructor de este planeta, le corresponde dictar la enseñanza que él crea más conveniente y lo hace desde los Altos Planos, porque no está encarnado" (Ibíd.).
Esta enseñanza es incompatible con la fe cristiana que profesa un solo Señor de quien viene toda autoridad. Toda autoridad terrena es delegada por Dios y está al servicio de Dios, Cristo Nuestro Señor. Es por eso que los verdaderos maestros espirituales no pueden sino predicar en el Nombre de Jesús la verdad que El mismo reveló. Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, Dios encarnado, murió y resucitó y ha de venir con gloria para juzgar a vivos y muertos. Los falsos maestros enseñan otras doctrinas que no son de Cristo. Llámenles "altos Seres de Luz" o "maestros ascendidos", el verdadero "maestro" detrás de estos es Lucifer.
Jesús nos dice: "Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís;si otro viene en su propio nombre, a ése le recibiréis". -Juan 5,43
El grupo arriba mencionado suplanta también al Espíritu Santo por un "rayo de amor y luz purísimo, penetra inadvertidamente en las conciencias para sacudir las viejas estructuras y despertar a los dormidos"
Por todo lo dicho debe quedar claro que esta mal llamada "metafísica" es contraria al cristianismo. No por eso dejan de hablar de Jesús, pero no desde la fe cristiana. Como el
gnosticismo de los primeros siglos de nuestra era, es una amenaza que suplanta a la verdadera fe cristiana, ofreciendo falsamente la luz, la verdad y la felicidad que solo Jesucristo puede dar. La caridad exige que estos engaños sean desenmascarados, que los cristianos vivamos plenamente nuestra fe y le permitamos a Dios actuar en nuestras vidas para ser testimonio de la verdad en una nueva y urgente evangelización.
Y esto, teniendo en cuenta el momento en que vivimos. Porquees ya hora de levantaros del sueño; que la salvación está máscerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está avanzada. El día se avecina. Despojémonos, pues,de las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas dela luz. -Romanos 13,11-12
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