domingo, 31 de mayo de 2009

Galileo no estuvo en la cárcel ni murió en la hoguera



Entrevista realizada por Carmen Elena Villa a monseñor Melchor Sánchez de Toca, subsecretario del Consejo Pontificio para la Cultura

La Organización de las Naciones Unidas declaró el año 2009 como el Año de la Astronomía, debido a la conmemoración del cuarto centenario del nacimiento del telescopio por obra de Galileo. ¿Por qué algunos organismos de la Santa Sede se unen a esta celebración si condenó al famoso astrónomo?

Por este motivo, Galileo Galilei es visto hoy como un "santo laico", como un "mártir de la ciencia" y a la Iglesia como la "gran inquisidora" de este genio de la astronomía.

El caso de Galileo es mencionado también en el libro "Ángeles y Demonios" de Dan Brown cuya película fue estrenada a nivel mundial el pasado 13 de mayo.

ZENIT habla hablado con monseñor Melchor Sánchez de Toca, subsecretario del Consejo Pontificio para la Cultura y coautor del libro "Galileo y el Vaticano", sobre aquellos mitos así como las verdades históricas del juicio que la Iglesia realizó a este controvertido personaje.

--Hablemos un poco de las leyendas negras de Galileo...

--Monseñor Sánchez de Toca: El pasado 9 de mayo estaba dando una conferencia sobre Galileo en Toledo, España, a un auditorio formado principalmente por seminaristas e investigadores católicos y comenzaba diciéndoles que muchos se sorprenden al descubrir que Galileo no fue quemado en la hoguera ni fue torturado, ni estuvo en prisión. Al terminar la conferencia uno de los asistentes me dijo: "yo soy uno de esos, yo siempre pensé que Galileo había muerto en la hoguera".

Lo curioso del caso es que en realidad nadie se lo dijo ni probablemente lo ha leído. Simplemente es lo que él se imaginaba. Eso demuestra la fuerza tan grande que tiene el mito que se ha construido en torno a Galileo. Como decía Juan Pablo II, la verdad histórica de los hechos está muy lejos de la imagen que se ha creado posteriormente en torno a Galileo. Todo el mundo está convencido de que Galileo fue maltratado, condenado, torturado, declarado hereje, pero no es así.

Por poner un ejemplo muy reciente, el libro de Dan Brown "Angeles y Demonios" tiene un pequeño diálogo a propósito de Galileo al que presenta como un miembro de la secta de los Illuminati y contiene una sarta de errores históricos de bulto junto a otras cosas que son correctas.

--¿Podemos hablar de esos errores históricos de "Ángeles y Demonios" con respecto al tema de Galileo?

--Monseñor Sánchez de Toca: En realidad el libro se refiere a estereotipos que están muy difundidos. El problema de fondo de este libro es la mezcla de ideas filosóficas y científicas. La trama viene a decir que el profesor y sacerdote Leonardo Vetra es asesinado por una secta porque ha descubierto el modo de hacer compatible la fe y la ciencia, más aún, dice que la física es el verdadero camino hacia Dios. Estas son ideas que se difunden mucho, porque ha conseguido en el laboratorio crear materia de la nada. Eso es un absurdo filosóficamente hablando. Físicamente es imposible lo que propone, porque de la nada no sale nada. Se puede crear materia a partir del vacío, pero el vacío no es la nada, el vacío es, mientras que la nada no es. Es un principio filosófico elemental.

Esta tesis dice que la física representa un camino mejor y más seguro para llegar a Dios. Luego, respecto Galileo, en concreto, presenta el estereotipo habitual, según el cual, fue condenado por haber demostrado el movimiento de la tierra. No. Galileo no demostró nada. Es la pieza que faltaba en su argumentación.

Galileo decía, y en esto estaban de acuerdo sus jueces, que no puede haber contradicción entre el libro de la Biblia y el libro de la naturaleza, porque uno y otro proceden del mismo autor. El libro de la Biblia, inspirado por Dios y la naturaleza observantísima ejecutora de sus órdenes. Si tienen el mismo autor no puede haber contradicción. Cuando surge una aparente contradicción significa que estamos leyendo mal uno de los dos libros y él dice: es más fácil que seamos nosotros los que nos equivocamos al leer el libro de la Biblia, porque el sentido de las palabras de la Biblia a veces es recóndito y hay que trabajar para sacarlo, que equivocarse al leer el libro de la naturaleza, porque la naturaleza no se equivoca.

Una verdad natural, científicamente demostrada, tiene una fuerza mayor que la interpretación que yo doy del libro de la Biblia. Por lo tanto, dice él, que en presencia de una verdad científica demostrada, tendré que corregir el modo de interpretar la Biblia. La Biblia no se equivoca, pero quienes la interpretan se equivocan. Un criterio clarísimo compartido por sus jueces y por todo el mundo.

El Concilio de Trento, por otra parte, lo que decía es que, en la lectura de la Biblia, había que seguir la interpretación literal de la Biblia y el consenso unánime de los padres de la Iglesia, a menos que hubiese una verdad demostrada que nos permitiese hacer una lectura espiritual o alegórica. El criterio era muy claro: lo que ocurre es que Galileo pensó que estaba a punto de conseguir la demostración del movimiento de la tierra. Una cosa es estar convencido de que la tierra se mueve y otra cosa es demostrar que la tierra se mueve. Galileo nunca demostró que la tierra se movía. Estaba convencido de ello y hoy sabemos que tenía razón, pero sus jueces le decían que no veían por qué tenían que cambiar el modo de interpretar la Biblia, sobre todo cuando el sentido común me dice lo contrario, sin una prueba definitiva. Los jueces de Galileo adoptaron una posición prudencial. Galileo fue más allá. ¿Cuál fue el error de los jueces de Galileo? Deberían haberse abstenido de condenarle.

--¿Cómo fue en realidad el juicio a Galileo?

--Monseñor Sanchez de Toca: Fundamentalmente Galileo fue procesado en 1633 por haber violado una disposición que se le hizo en 1616. La disposición de 1616, que Galileo no cumplió, le prohibía enseñar el copenicanismo, es decir, la doctrina que dice que el sol está en el centro y la tierra se mueve alrededor.

Galileo pensó que la prohibición no era tan rígida, sobre todo después de la elección del Papa Urbano VIII y publicó un libro en el que, bajo la apariencia de un diálogo en el que se exponen los argumentos a favor y en contra, tanto del sistema tolemaico como del copernicano, en realidad se escondía una apología descarada del sistema copernicano. No sólo esto, que era ya una violación de la prohibición que se le había hecho sino que además consiguió fraudulentamente el imprimatur, engañó a quien lo concedió diciendo que era una exposición imparcial, pero no era nada imparcial. Por este motivo fue acusado y por lo tanto, sometido a procesos, es decir, sometido a un proceso disciplinar.

Galileo nunca fue condenado como hereje, ni tampoco el copernicanismo fue declarado como herético. Simplemente fue declarado contrario a la Escritura porque sobre la base de las pruebas que existían entonces era posible demostrar el movimiento de la tierra y, por lo tanto, decir que la tierra se movía parecía ir contra la Escritura. Era muy significativo que en 1616 un grupo de expertos declaró que la doctrina, según la cual, la tierra se mueve alrededor del sol era absurda y eso se entiende perfectamente en el contexto de la época, porque no se podía demostrar y el sentido común decía que el sol se pone y sale.

Sin una física como la de Newton, sin una prueba óptica como el movimiento de la tierra, la cosa parecía absurda.

Nosotros hemos crecido desde pequeñitos viendo modelos e imágenes del sistema solar, pero el hecho es que nadie ha visto la tierra moverse alrededor del sol, ni siquiera un astronauta. Tenemos pruebas ópticas del movimiento de la tierra pero nadie ha visto la tierra moverse. Por eso nos parece que la actitud de los que condenaron a Galileo es exagerada pero en realidad responde a una lógica.

--Y responde no solamente a lo que pensaba la Iglesia sino la sociedad en general...

--Monseñor Sánchez de Toca: Naturalmente. El copernicanismo encontró una gran oposición principalmente en las universidades. Tuvo una aceptación muy gradual y la oposición no fue sólo en la Iglesia católica. También las iglesias protestantes se opusieron a Copérnico. Y todavía, en 1670, la universidad de Upsala, en Suecia, condenó a un estudiante porque había defendido las tesis copernicanas.

--¿Cuáles fueron los errores que cometió la Iglesia en su juicio a Galileo? ¿Qué se concluyó en el trabajo hecho por la comisión que creó Juan Pablo II en 1981 para estudiar el caso de Galileo?

--Monseñor Sánchez de Toca: Esto lo expresó muy bien en cardenal Paul Poupard en el discurso al finalizar el trabajo de esta comisión, cuando con estas palabras --que en el discurso parecen subrayadas-- destacó su juicio sobre lo que sucedió: "En aquella coyuntura histórico-cultural, la de Galileo, muy alejada de la nuestra, los jueces de Galileo, incapaces de disociar la fe de una cosmología milenaria, creyeron que adoptar la revolución copernicana, que por lo demás no estaba todavía aprobada definitivamente, podía quebrar la tradición católica y que era su deber prohibir la enseñanza".

"Este error subjetivo de juicio, tan claro hoy para nosotros, les condujo a una medida disciplinaria a causa de la cual Galileo debió haber sufrido mucho. Es preciso reconocer estos errores tal como lo habéis pedido Santo Padre".

Los jueces de Galileo se equivocaron no solamente porque hoy sabemos que la tierra se mueve, pero en aquel tiempo no era posible saberlo. Por otra parte la historia de la humanidad ha estado llena de locos que afirmaban cosas sorprendentes y después se revelaron falsas, hoy nadie se acuerda de su nombre. Si Galileo hubiese propuesto una teoría diferente, hoy nadie se acordaría de él. Este fue el primer error objetivo.

Además, el cardenal Poupard habla de un error subjetivo. ¿Cuál fue? Creyeron que debían prohibir una enseñanza científica por temor a sus consecuencias. Pensaron que permitir la enseñanza de una doctrina científica, que no estaba aprobada, podía poner en peligro el edificio de la fe católica y sobretodo la fe de la gente sencilla. Y creyeron que era su deber prohibir esta enseñanza.

Hoy sabemos que prohibir la enseñanza de una doctrina científica es un error. No le toca a la Iglesia decir si está probada científicamente o no. Le corresponde a la ciencia. Galileo lo que pedía es que la Iglesia no condenara el copernicanismo, no tanto por miedo a su propia carrera profesional sino porque después, si se demostraba que la tierra se movía alrededor del sol, la Iglesia se vería en una situación muy difícil y haría el ridículo ante los protestantes y Galileo quería evitar esto, porque era un hombre católico sincero. Y decía además: "Si hoy se condena como herética una doctrina científica como es que la tierra se mueve alrededor del sol. ¿qué sucederá el día que la tierra demuestre que se mueve alrededor del sol? ¿Habrá que declarar heréticos entonces a los que sostienen que la tierra está en el centro?". Eso es lo que estaba en juego, es mucho más complejo de lo que se suele decir.

--¿En qué consistió el castigo a Galileo?

--Monseñor Sánchez de Toca: Dijeron que Galileo había sido hallado vehementemente sospechoso de herejía, pero no lo declararon hereje. Le pidieron abjurar para disipar toda duda. Galileo abjuró. Dijo que él no había defendido ni defendió nunca el copernicanismo. Se condenaba al índice de libros prohibidos su obra "El diálogo", se le imponía una penitencia saludable que consistía en recitar una vez a la semana los siete salmos penitenciales. Su hija se ofreció a hacerlo en lugar de él, y esto fue lo más humillante, se debía enviar una copia de la sentencia y de la abjuración a todas las nunciaturas en Europa. Se le condenó a prisión en arresto domiciliario. Es decir, digamos que la condena objetivamente no fue muy grande. No estuvo en la cárcel ni un solo momento, en atención a su fama, a su edad, y a la consideración que tenía fue tratado siempre con gran veneración.

--¿Quién empezó a difundir la leyenda negra de que Galileo fue quemado en la hoguera?

--Monseñor Sánchez de Toca: Esto es lo bueno, nadie lo ha dicho pero todo el mundo lo cree. Probablemente porque se sobreponen las imágenes de Galileo y de Giordano Bruno. En todo caso el mito de Galileo nace con la Ilustración, que convierte a Galileo en una especie de abanderado del libre pensamiento en contra del oscurantismo de la Iglesia, a un mártir de la ciencia y del progreso.

Galileo en realidad, y esto es lo que sorprende a muchos, no sólo es que no fuese quemado ni torturado sino que además fue católico y fue creyente toda su vida. No hay en él el mínimo rastro de libre pensador. No fue un católico ejemplar, es cierto y hay momentos de su vida poco edificantes, pero en ningún momento reniega de su pertenencia a la Iglesia. Es más, siente el deber de defenderla ante el ridículo que pudiera hacer ante algunos protestantes.

Él lo dice, exagerando como hace siempre él, en una carta a un noble francés: "otros pueden haber hablado más píamente y más doctamente pero ninguno más lleno de celo por el honor y la reputación de la Santa Madre Iglesia de lo que he escrito yo". Es exagerado pero en cualquier caso demuestra que es verdad.

--¿Tuvo dos hijas monjas?

--Monseñor Sánchez de Toca: Tuvo tres hijos, dos de las cuales, mujeres. Cuando se trasladó de Padua a la corte de Toscana, las metió en un convento para lo cual tuvo que pedir dispensa porque eran muy jóvenes. De una de ellas, de sor María Celeste, se conserva la correspondencia entre el padre y la hija, que es verdaderamente admirable. Ella era una mujer extraordinaria, muy inteligente, de una gran agudeza, gran escritora y hay un libro que se basa en el epistolario entre Sor María y el padre.

--Háblenos sobre su libro "Galileo y el Vaticano", cuya edición italiana fue publicada recientemente...

--Monseñor Sánchez de Toca: Esta investigación no trata exactamente sobre el caso Galileo sino sobre el modo en que la comisión que creó Juan Pablo II releyó el caso Galileo, porque si el caso Galileo es un culebrón, como decía don Mariano Artigas, en un sentido casi literal --según el diccionario un culebrón es, además de una telenovela larga y melodramática, una "historia real con caracteres de culebrón televisivo, es decir, insólita, lacrimógena y sumamente larga"--, el término se contagia también a la comisión que instituyó Juan Pablo II entre 1981 y 1992, a la que le han hecho críticas muy fuertes. Dicen que no estuvo a la altura del deseo de Juan Pablo II, que los discursos de clausura del cardenal Poupard y del Papa fueron deficientes y muy flojos, que la Iglesia no hizo realmente lo que debía haber hecho. Con el profesor Artigas, el otro autor del libro, quien murió en el año 2006, lo que hicimos fue estudiar toda la documentación que hay en los archivos. Ver exactamente qué hizo y cómo hizo esta comisión.

Nuestra opinión es que faltaban algunos elementos desde el principio. Faltaron medios, buena voluntad pero a pesar de todo hizo un buen trabajo, permitió la apertura de los archivos del Santo Oficio y demostrar que en realidad no hay documentos escondidos. Se publicaron obras de referencia importantes y yo creo que esto permitió a la Iglesia hacer una especie de examen de conciencia. Releer el caso de Galileo con otra luz. No descubrir cosas nuevas, porque eso es difícil, y hacer que la Iglesia en su conjunto mire serenamente al caso Galileo sin rencor, sin miedo.

--¿Por qué cree que irrita tanto a la opinión pública el tema de Galileo hasta el punto de que los profesores de la Universidad de la Sapienza le hayan negado la entrada al Papa Benedicto XVI el año pasado por haberlo citado en un discurso que pronunció en 1990?

--Monseñor Sánchez de Toca: Porque hay quien está interesado en seguir haciendo de Galileo una especie de "santo laico", laico en sentido anti cristiano. Pero, en realidad, fue un hombre de Iglesia, aún con todas sus deficiencias. Recuerdo que un arzobispo de Pisa, que fue astrónomo, quiso colocar hace años en la plaza de los milagros, la más famosa, donde está la torre, una estatua dedicada a Galileo. El ayuntamiento no lo permitió porque quería seguir manteniendo la exclusiva sobre la imagen de Galileo, como si fuera alguien que no pertenece a la Iglesia, sino al mundo llamado laico.

Por eso, cada vez que por parte de la Iglesia alguien cita a Galileo, hay una reacción de "alergia instintiva" en estos ambientes de pseudociencia, que dicen "¿cómo se atreven ustedes a hablar de Galileo, ustedes que quemaron a Galileo?".

--¿Por qué el Consejo Pontificio para la Cultura tiene una imagen de Galileo en su biblioteca?

--Monseñor Sánchez de Toca: Precisamente porque Galileo es un modelo de científico creyente. Investiga el cielo, descubre cosas nuevas y trata de integrar sus nuevos conocimientos dentro de una visión cristiana. Se esfuerza por demostrar que no hay contradicción con la Escritura, con la Biblia. Lo que pasa es que lo hizo con todo el entusiasmo desbordante que irritaba mucho a los otros. Sin ser teólogo se metía en un campo que era reservado exclusivamente a los teólogos. En la contrarreforma, el que un laico, sin tener estudios de teología, se metiera a interpretar la Biblia por su cuenta, aunque fuera en sintonía con la tradición católica, despierta inmediatamente sospechas.

--Usted se refiere a las conductas poco ejemplares de Galileo...

--Monseñor Sánchez de Toca: No es ningún misterio que Galileo no fue ningún santo. Hay algunos que, revindicando el carácter de científico creyente, llegan a pedir incluso su beatificación. Es demasiado... Galileo estuvo conviviendo sin estar casado con Marina Gamba en Padua, de quien tuvo tres hijos. Eso no era especialmente escandaloso, pero tampoco estaba bien visto.

Por otra parte tenía muy mal carácter, como los grandes genios en general. Tenía una lengua terrible. Fue imprudente, se enfrentó a la Compañía de Jesús, a pesar de que los jesuitas le acogieron en Roma y avalaron sus descubrimientos, cuando era un perfecto desconocido. Fue un poco presuntuoso, vanidoso con gran ego. Son defectos, que los puede tener cualquiera, y que no quitan nada a la genialidad de Galileo.

ZENIT

viernes, 29 de mayo de 2009

USA, gobierno mundial y la identidad católica


Por Juan C. Sanahuja

The Sunday Times de Londres (24-05-09), dio a conocer una reunión secreta de multimillonarios, convocada por Bill Gates, celebrada el 5 de mayo en New York, en casa de Sir Paul Nurse, inglés, premio Nobel de bioquímica y rector de la Universidad Rockefeller.
A la cumbre de supuestos filántropos asistieron David Rockefeller Jr., Warren Buffet, George Soros (vid. NG 908, 961), Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, y los magnates de los medios de comunicación Ted Turner y Oprah Winfrey. El grupo se denomina el Good Club.

Según lo publicado por The Sunday Times, estos personajes han donado más de 45 mil millones de libras esterlinas desde 1996, entre otras cosas, a programas de salud en los países en desarrollo.
En la reunión se individualizaron los problemas actuales que se agravarían en el futuro próximo, como por ejemplo el cambio climático, el abastecimiento de agua y el exceso de población en el mundo.

Bill Gates impuso su idea de que el problema central era el excesivo crecimiento de la población mundial y se decidió que fuera ésta la causa común en la que centrar esfuerzos. Para eso acordaron impulsar los programas de salud reproductiva (aborto químico y quirúrgico) en el tercer mundo. Gates llamó a unir fuerzas para superar los obstáculos políticos y religiosos que impiden estos cambios, ya que -dijo- para algunos dirigentes del tercer mundo la anticoncepción y el empoderamiento de la mujer atenta contra los valores tradicionales, (vid. NG 331, 905, 926).
¿Qué pretende Gates? Que en una generación, las familias cambien sus hábitos y tengan menos hijos. La misma fuente recuerda una intervención suya en Long Beach, California, el pasado mes de febrero, cuando dijo: "Las proyecciones oficiales sitúan el pico de crecimiento de la población mundial en 9.300 millones, pero con iniciativas como la mejora de la salud reproductiva, pensamos que podemos frenarlo en 8.300 millones”.

Patricia Stonesifer, ex directora ejecutiva de la Fundación Bill y Melinda Gates, que asistió a la cumbre del Good Club, declaró que el diálogo continuará en los próximos meses. Lo que quedó claro es que para alcanzar sus objetivos el grupo necesita actuar al margen de las agencias gubernamentales o internacionales, algo así como un supra gobierno mundial, comentan The Sunday Times y Mercator Net.
Recordemos que Ted Turner es uno de los promotores de la única religión universal al servicio de nuevo orden mundial, (vid. NG 337, 338, 341, 732, 771, 772, 808 y J. C. Sanahuja, El Desarrollo Sustentable. La Nueva Ética Internacional, Vortice, Buenos Aires)

Fordham distingue a abortistas
El 16 de mayo pasado, Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York y miembro del Good Club, fue premiado en la ceremonia de graduación de la Universidad de Fordham, la universidad jesuita de New York, como publicita su página web.
Cuando la atención estaba puesta en Notre Dame y su invitación a Obama (NG 972, 973, 975), Fordham, en abierta oposición con lo dispuesto por la Conferencia Episcopal en 2004, distinguió a tres reconocidos abortistas: el alcalde Bloomberg, el senador demócrata Charles Schumer, y el periodista Tom Brokaw.

Es de notar que Michael Bloomberg no sólo fomenta el aborto como política pública, sino que pretende que todos los estudiantes de medicina antes de recibir su título tengan experiencia en hacer abortos. Además dio su apoyo incondicional al proyecto de “matrimonio gay” que el gobernador de New York, David A. Paterson, envió a la legislatura del estado.
Fordham no invitó a la ceremonia a Mons. Timothy Dolan, nuevo arzobispo de New York, y le ocultó los nombres de los personajes que iba a distinguir. Dolan tomó posesión de la arquidiócesis el 16 de abril de este año. Ese mismo día, David Paterson mandaba el proyecto pro-gay a la legislatura.
El año pasado, la universidad fue duramente criticada por el Cardenal Edward Egan, entonces arzobispo de New York, por entregar el premio anual a la ética al juez de la Corte Suprema Stephen Breyer. Breyer se adhirió al voto de la mayoría, cuando en el año 2000 la Corte anuló las leyes locales que impedían el aborto por nacimiento parcial (partial birth abortion) (*).

(*) El aborto por nacimiento parcial (partial birth abortion), consiste en inducir el parto de un niño no-nacido que ya es viable, y aspirarle el cerebro a través de una incisión en la base del cráneo, cuando la cabeza se encuentra aún dentro del vientre de la madre.
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NOTICIAS GLOBALES, 29-5-09

lunes, 25 de mayo de 2009

Reiki


Comité Doctrinal de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos

DIRECTRICES PARA EVALUAR EL REIKI COMO TERAPIA ALTERNATIVA
25 de marzo de 2009

Traducción al español de Luis Santamaría del Río, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), del original inglés autorizada por la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos (USCCB)

1. Con frecuencia se formulan preguntas sobre las diversas terapias alternativas disponibles en los Estados Unidos. A los obispos se les pregunta en ocasiones: «¿Cuál es la posición de la Iglesia sobre estas terapias?» El Comité Doctrinal de la USCCB ha preparado este recurso para asistir a los obispos en sus respuestas.

I. CURACIÓN POR GRACIA DIVINA Y CURACIÓN POR PODERES NATURALES

2. La Iglesia reconoce dos clases de curación: la curación por gracia divina y la curación que utiliza los poderes de la naturaleza. En cuanto a la primera, podemos señalar al ministerio de Cristo, que realizó muchas curaciones físicas y encargó a sus discípulos continuar esa tarea. Siendo fieles a este encargo, desde el tiempo de los apóstoles la Iglesia ha intercedido a favor del enfermo mediante la invocación del nombre del Señor Jesús, pidiendo la curación por el poder del Espíritu Santo, ya sea en la forma de la imposición sacramental de las manos y la unción con el óleo, ya sea en la forma de simples oraciones por la curación, que a menudo incluyen una invocación a los santos para conseguir su ayuda. En cuanto a la segunda, la Iglesia nunca ha defendido la curación divina —que viene dada como un don de Dios— como excusa para excluir el recurso a los medios naturales de curación a través de la práctica de la medicina (1). Junto con su sacramento de curación y con las diversas oraciones para la sanación, la Iglesia cuenta en su haber con una larga historia de cuidado de los enfermos mediante la utilización de medios naturales. El signo más obvio de esto es el gran número de hospitales católicos que se encuentran en todo nuestro país.

3. Las dos clases de curación no son excluyentes. El hecho de que sea posible ser curado por el poder divino, no significa que no debamos recurrir a los medios naturales que están a nuestra disposición. No nos corresponde a nosotros decidir si Dios curará o no a alguien con medios sobrenaturales. Como afirma el Catecismo de la Iglesia Católica, el Espíritu Santo da en ocasiones a algunas personas «un carisma especial de curación para manifestar la fuerza de la gracia del Resucitado» (2). Sin embargo, este poder de curación no está a disposición del hombre, porque «ni siquiera las oraciones más fervorosas obtienen la curación de todas las enfermedades» (3). Por lo tanto, el recurso a los medios naturales de curación sigue siendo totalmente apropiado, ya que están a disposición del hombre. De hecho, la caridad cristiana exige no negarles a las personas enfermas los medios naturales de curación.

II. REIKI Y CURACIÓN

A) Los orígenes y las características básicas del reiki

4. El reiki es una técnica de curación inventada en Japón a principios del siglo XIX por Mikao Usui, que estudiaba textos budistas (4). De acuerdo con la enseñanza del reiki, la enfermedad es consecuencia de algún tipo de trastorno o desequilibrio en la «energía vital» de la persona. Un practicante de reiki lleva a cabo la curación al poner sus manos en determinadas posiciones sobre el cuerpo del paciente para así facilitar el flujo del reiki, la «energía vital universal», del practicante al paciente. Hay numerosas posiciones de las manos para tratar diferentes problemas. Los partidarios del reiki aseguran que el practicante no es la fuente de la energía sanadora, sino simplemente un canal para que fluya (5). Para llegar a ser un practicante de reiki, la persona debe recibir una «iniciación» o «armonización» por parte de un Maestro reiki. Esta ceremonia hace que la persona esté «armonizada» con la «energía vital universal», lo cual le permite servir como un conducto para ella. Se dice que hay tres niveles diferentes de armonización (algunos enseñan que son cuatro). En los niveles superiores, uno puede canalizar supuestamente la energía reiki y realizar curaciones a distancia, sin contacto físico.

B) El reiki como un medio natural de curación

5. Aunque los partidarios del reiki parecen estar de acuerdo en que no representa una religión en sí misma, sino una técnica que puede ser utilizada por gente de muchas tradiciones religiosas, el reiki tiene diversos aspectos de una religión. Con frecuencia se describe el reiki como un tipo de curación «espiritual», en oposición a los procedimientos médicos comunes de curación que emplean medios físicos. Gran parte de la literatura sobre el reiki está llena de referencias a Dios, a la Diosa, al «poder de curación divino» y a la «mente divina». Afirman que la energía vital procede directamente de Dios, la «Inteligencia Superior» o la «conciencia divina». Asimismo, las diversas «armonizaciones» que el practicante de reiki recibe de un Maestro reiki se logran a través de «ceremonias sagradas» (que tradicionalmente han sido mantenidas en secreto por los Maestros reiki). Además, se describe frecuentemente al reiki como un «modo de vivir», con una lista de cinco «preceptos reiki» que prescriben una conducta ética apropiada.

6. Sin embargo, hay algunos practicantes de reiki, sobre todo enfermeras, que intentan acercarse al reiki como un mero medio natural de curación. Pero si se considera como un medio natural de curación, el reiki pasa a ser evaluado bajo los parámetros de las ciencias naturales. Es cierto que puede haber medios de curación natural que no hayan sido entendidos o reconocidos por la ciencia. Sin embargo, la ciencia es la que proporciona los criterios fundamentales para juzgar si alguien se debe confiar o no a un medio natural de curación en concreto.

7. Juzgado de acuerdo con estos parámetros, el reiki carece de credibilidad científica. No ha sido aceptado por las comunidades científicas y médicas como una terapia efectiva. Faltan estudios científicos acreditados que atestigüen la eficacia del reiki, así como la explicación científica plausible de cómo podría posiblemente ser eficaz. La explicación de la eficacia del reiki depende enteramente de una cosmovisión particular que ve el mundo como permeado por esta «energía vital universal» (reiki) que está sujeta a la manipulación por el pensamiento y la voluntad humanos. Los practicantes de reiki afirman que su capacitación les permite canalizar la «energía vital universal» que está presente en todas las cosas. Sin embargo, esta «energía vital universal» es desconocida para la ciencia natural. Como la presencia de tal energía no se ha observado por los medios de la ciencia natural, la justificación para estas terapias debe provenir necesariamente de algo diferente a la ciencia.

C) El reiki y el poder sanador de Cristo

8. Algunas personas han intentado identificar el reiki con la curación divina conocida por los cristianos (6). Se equivocan. La diferencia radical puede apreciarse de inmediato en el hecho de que para el practicante de reiki el poder sanador está a disposición del hombre. Algunos maestros quieren eludir esta implicación y arguyen que no es el practicante de reiki quien realiza personalmente la curación, sino la energía reiki dirigida por la conciencia divina. No obstante, la realidad es que para los cristianos el acceso a la curación divina es mediante la oración a Cristo como Señor y Salvador, mientras que la esencia del reiki no es una oración sino una técnica que transmite el «Maestro reiki» al alumno, una técnica que una vez que se llega a dominar, producirá formalmente los resultados previstos (7). Algunos practicantes intentan cristianizar el reiki añadiendo una oración a Cristo, pero esto no afecta a la naturaleza esencial del reiki. Por estas razones, el reiki y otras técnicas terapéuticas similares no pueden identificarse con lo que los cristianos llamamos curación por la gracia divina.

9. La diferencia entre lo que los cristianos reconocemos como curación por la gracia divina y la terapia reiki también queda de manifiesto en los términos básicos que utilizan los partidarios del reiki para describir lo que sucede en la terapia reiki, particularmente en lo relativo a la «energía vital universal». Ni la Escritura ni la tradición cristiana en su conjunto consideran el mundo natural como algo basado en la «energía vital universal» que quede sujeto a la manipulación por parte del poder natural humano del pensamiento y de la voluntad. De hecho, esta cosmovisión tiene sus orígenes en las religiones orientales y tiene un cierto carácter monista y panteísta, en el que las distinciones entre uno mismo, el mundo y Dios tienden a diluirse (8). Como hemos visto, los practicantes de reiki son incapaces de diferenciar con claridad entre el poder de curación divino y el poder que está a disposición del hombre.

III. CONCLUSIÓN

10. La terapia reiki no encuentra apoyo ni en los hallazgos de la ciencia natural ni en la doctrina cristiana. Para un católico, creer en la terapia reiki plantea problemas irresolubles. En términos del cuidado de la salud física propia o la de los demás emplear una técnica que no tiene apoyo científico (ni siquiera plausibilidad) por lo general no es prudente.

11. En términos del cuidado de la salud espiritual personal, existen importantes peligros. Para usar el Reiki, uno tendría que aceptar, al menos de forma implícita, conceptos claves de la cosmovisión que subyacen a la teoría reiki, elementos que no pertenecen ni a la fe cristiana ni a la ciencia natural. Sin justificación ni en la fe cristiana ni en la ciencia natural, no obstante, un católico que pone su confianza en el reiki estaría actuando en la esfera de la superstición, tierra de nadie que no es la fe ni la ciencia (9). La superstición corrompe la adoración personal de Dios, ya que conduce el sentimiento religioso personal y la práctica hacia una dirección equivocada (10). Dado que a veces la gente cae en la superstición por ignorancia, es responsabilidad de todos los que enseñan en el nombre de la Iglesia eliminar tal ignorancia en la medida de lo posible.

12. Dado que la terapia reiki no es compatible ni con la doctrina cristiana ni con la evidencia científica, no sería apropiado para las instituciones católicas —como aquellas encargadas del cuidado de salud o los centros de retiro— o para las personas que representan a la Iglesia —como los capellanes católicos— promover o prestar apoyo a la terapia reiki.

Mons. William E. Lori (Presidente). Obispo de Bridgeport
Mons. John C. Nienstedt. Arzobispo de St. Paul y Minneapolis
Mons. Leonard P. Blair. Obispo de Toledo
Mons. Arthur J. Serratelli. Obispo de Paterson
Mons. José H. Gómez. Arzobispo de San Antonio
Mons. Allen H. Vigneron. Obispo de Oakland
Mons. Robert J. McManus. Obispo de Worcester
Mons. Donald W. Wuerl. Arzobispo de Washington

Fuente:
Boletín Info-RIES nº 132 ,11 de Mayo de 2009


NOTAS AL PIE

1. Cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción sobre las oraciones para obtener de Dios la curación (14 de septiembre de 2000), I, 3: «Obviamente, el recurso a la oración no excluye, sino que al contrario anima a usar los medios naturales para conservar y recuperar la salud, así como también incita a los hijos de la Iglesia a cuidar a los enfermos y a llevarles alivio en el cuerpo y en el espíritu, tratando de vencer la enfermedad».
2. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1508.
3. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1508.
4. También se afirma que simplemente redescubrió una antigua técnica tibetana, pero se carece de pruebas que corroboren esta afirmación.
5. Sin embargo, como veremos más abajo, las distinciones entre uno mismo, el mundo y Dios tienden a desmoronarse en el pensamiento reiki. Algunos maestros de reiki explican que al final uno alcanza la comprensión de que uno mismo y la «energía vital universal» son uno, «que somos fuerza vital universal y que todo es energía, incluidos nosotros mismos» (Libby Barnett - Maggie Chambers - Susan Davidson, Reiki Energy Medicine: Bringing Healing Touch into Home, Hospital, and Hospice [Rochester, Vt.: Healing Arts Press, 1996], p. 48; cf. también p. 102).
6. Por ejemplo, cf. «Reiki and Christianity» en http://iarp.org/articles/Reiki_and_Christianity.htm, y «Christian Reiki» en http://areikihealer.tripod.com/christianreiki.html, y la web www.christianreiki.org.
7. Los Maestros de reiki ofrecen cursos de capacitación con varios niveles de avance, servicios por los que los maestros exigen una remuneración pecuniaria significativa. El alumno tiene la expectativa y el Maestro de reiki ofrece la garantía de que la inversión que hace de tiempo y dinero le permitirá llegar a dominar una técnica que producirá los resultados esperados.
8. Aunque esto parece implícito en la doctrina reiki, algunos de sus partidarios plantean explícitamente que al final no existe una distinción entre uno mismo y el reiki. «La alineación con uno mismo y ser reiki es un proceso abierto. La buena voluntad para dedicarse a este proceso favorece tu evolución y puede llevarte al reconocimiento sostenido y a la experiencia final de que tú eres fuerza vital universal» (The Reiki Healing Connection [Libby Barnett, M.S.W.], http://reikienergy.com/classes.htm, con acceso el 6/2/2008 [énfasis en el original]). Diane Stein resume el sentido de algunos de los «símbolos sagrados» usados en la armonización del reiki como «La Diosa en mí saluda a la Diosa en ti», «Hombre y Dios llegando a ser uno» (Essential Reiki Teaching Manual: A Companion Guide for Reiki Healers [Berkeley, Cal.: Crossing Press, 2007], pp. 129-131). Anne Charlish y Angela Robertshaw explican que la armonización superior del reiki «señala un cambio del ego y de uno mismo a un sentimiento de unidad con la energía vital universal» (Secrets of Reiki [New York, N.Y.: DK Publishing, 2001], p. 84).
9. Algunas formas de reiki enseñan la necesidad de invocar la asistencia de seres angélicos o «guías espirituales reiki». Esto introduce el riesgo lejano de exposición a fuerzas o poderes malévolos.
10. Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2111; Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae II-II, q. 92, a. 1.

domingo, 24 de mayo de 2009

Ratzinger, un Papa sólo y valiente


FILIPPO DI GIACOMO

Benedicto XVI no ha logrado ganarse simpatías como el anterior Papa, pero su "teología de la sociedad civil" es una discusión seria y profunda sobre los grandes problemas teológicos e históricos de nuestra época
Como hacen decir los novelistas a los jueces en los tribunales de papel, tratemos de dar la palabra a la defensa. "A mí ya me han diseccionado varias veces: el profesor de la primera etapa y el de la etapa intermedia, el primer cardenal y el de después. Ahora se añade otro segmento más. Como es natural, las circunstancias, las situaciones y las personas influyen, porque asumen distintas responsabilidades. Digamos que mi personalidad y mi visión fundamental han madurado, pero todo lo que es esencial ha permanecido idéntico. Me alegro de que ahora se adviertan además aspectos que antes no se veían".

No admite las contradicciones entre las luces y la penumbra, como Wojtyla. Para el Pontífice, "el catolicismo no es un cúmulo de prohibiciones, sino una opción positiva"
La cita es larga pero merece la pena recordarla porque es la autobiografía sintetizada que hizo de sí mismo Benedicto XVI a un periodista que le entrevistaba en 2006. El cronista había hecho notar al Papa una supuesta diferencia entre el panzer kardinal que dirigía la Congregación para la Doctrina de la Fe y el tímido Benedicto XVI que lleva el timón de la nave de Pedro. El hecho de que a Benedicto XVI le aguardaba una gran tarea se intuyó minutos después de las 18.04 horas del 19 de abril de 2005, con la fumata blanca y su primera bendición urbi et orbi. Que esa gran tarea iba a abordarla prácticamente solo lo estamos comprendiendo poco a poco, con el paso de los meses y los años. Benedicto XVI no ha logrado ganarse la simpatía de la gran prensa italiana e internacional, que en gran parte continúa mostrándole una actitud hostil.

Y tampoco las altas jerarquías de la Iglesia parecen mostrar una solidaridad especial con un Papa tan apacible como valeroso. Desde el mismo abril de 2005, la resistencia a sus directrices en el propio Vaticano fue tenaz y extendida. Y sigue siéndolo dentro de esa mezcla de fracasados de la diplomacia y paternalistas sudamericanos, ya mayores de 70 años pero todavía desesperadamente aferrados al sillón, que bloquean desde hace años el funcionamiento de la Santa Sede con mediocres disputas internas y personalismos enredadores.

Pero empecemos desde el principio. ¿Por qué, en un cónclave formado -salvo una excepción- por cardenales nombrados por Juan Pablo II, los 114 electores escogieron al único que llevaba aún la púrpura concedida por Pablo VI? En una famosa entrevista del año 2000, el entonces Prefecto de la Doctrina de la Fe tomaba nota de que casi nada de lo que elaboraba su Congregación encontraba una acogida verdaderamente positiva. En los años del "woj-tylianismo público", entre los esfuerzos organizativos y mediáticos que hacían que fuese tan preponderante en el mundo de la comunicación la presencia del pontífice polaco, eran pocos los que tenían tiempo para darse cuenta de la coherencia con el Concilio implícita en el método de trabajo del cardenal-teólogo. Que, en todos sus años de magisterio en Roma, ha firmado siempre y exclusivamente documentos discutidos punto por punto con el episcopado mundial, lo cual ha permitido aclarar la debilidad de las premisas y la parcialidad de los argumentos que, ante el cónclave y con gran apoyo de los medios de comunicación, producían y propagaban los grandes agentes del wojtylianismo.

Si hoy el mundo católico no vive bajo la ferocidad pastoral de una Summa vitae promulgada como dogma, sino que avanza iluminado por la luz intensa (aunque problemática) de tres encíclicas dedicadas a los temas éticos impuestos por la vida, se lo debe a un Ratzinger teólogo que no ha rechazado jamás el diálogo ni la discusión. Y que, a diferencia de Juan Pablo II (capaz de contradecir con desenvoltura incluso lo que él mismo había afirmado el día anterior), siempre ha sabido vincular su teología a todos los momentos creativos que, desde Juan XXIII hasta nuestros días, ha concedido el Espíritu a su Iglesia.

Como cardenal, en los años en los que los vaticanistas esperaban acceder a un sistema capaz de transformar en best sellers periodísticos unas ilusiones ópticas muy toleradas y bien recompensadas -siempre que se redactasen por encargo de los miembros de corbata del Opus Dei-, Ratzinger era objeto de poco seguimiento. Con su elección como Papa, recibió como regalo las multitudes que el Pueblo de Dios vierte a diario a su paso y que, desde hace ya cuatro años, siguen sus homilías con una atención que no deja de asombrar.

Sólo con recordar algún gran acontecimiento de la época de Wojtyla, los actos de Ratzinger pueden parecer minimalistas, desarrollados a partir de una expresividad simbólica que está relacionada con la liturgia que él celebra con gran autoridad. Su magisterio está totalmente centrado en la palabra desnuda: homilías, Ángelus, catequesis, discursos y, hasta ahora, sólo dos encíclicas. En este sereno y tenaz intento de vincular su autoridad exclusivamente a la Palabra de Dios, Benedicto XVI está volviendo a acostumbrar a los católicos a fijarse en lo esencial, no en su persona sino en Jesucristo vivo y presente en su Iglesia.

Al contrario que el wojtylianismo, con su fecunda complejidad, el ratzingerismo no admite contradicciones entre las luces del escenario y la penumbra de la trastienda, porque, como ha explicado, "el cristianismo, el catolicismo, no son un cúmulo de prohibiciones, sino una opción positiva. Y es muy importante que se vea de nuevo, porque esa conciencia, hoy, prácticamente ha desaparecido. Se ha oído tanto hablar de lo que no está permitido...".

La glosa que añade a este principio es que es en la liturgia donde encuentra los temas para expresar este y otros mensajes fundamentales de la fe. Y que de esa fuente, y esos temas, su voz "se inserta en la actualidad de hoy, en la que, ante todo, queremos buscar la colaboración de los pueblos y las vías posibles hacia la reconciliación y la paz". Para los católicos comprometidos en la política y la labor social, la señal objetiva contenida en las reflexiones de Benedicto XVI debería estar muy clara: es posible encontrar, partiendo del magisterio pontificio, una discusión seria y profunda sobre los grandes problemas teológicos e históricos de nuestra época y sobre las premisas por las que se rigen. Al observar el Cielo por encima de la Iglesia actual, el papa Ratzinger lee en él todas las palabras importantes, y casi siempre nuevas, que desde el magisterio pontificio y el episcopal nos invitan al diálogo, el trabajo, el valor, la fantasía política, la comunión social. Todas ellas, palabras que prescinden de una "cultura confesional" específica e invitan a una clara interiorización de los valores fundamentales en una sociedad civil que se convierte así en el topos, el lugar en el que el diálogo, el altruismo, la sinceridad, la asunción de responsabilidades políticas y económicas, la honradez, el auténtico espíritu de democracia y la serenidad de las relaciones sociales encarnan un precepto evangélico fundamental.

Y mientras Benedicto XVI nos entrega su "teología de la sociedad civil", en Europa entran en el seminario los primeros jóvenes llegados a la edad de la razón tras la caída del muro de Berlín. En Latinoamérica, la mitad de los obispos no recuerda los desgarros posteriores a la reunión de Medellín. En Estados Unidos y el resto del mundo anglosajón, los obispos incapaces y sin vergüenza han sido marginados y los católicos están impulsando una nueva etapa eclesial en la que a nadie le está autorizado minimizar el dolor de quienes han sufrido los pecados cometidos por los hombres de la Iglesia.

En una África (como demostró Benedicto XVI en sus discursos de Camerún y Angola) entregada por cuatro perras a las trivializaciones de los hombres del rock y las ONG, la Iglesia construye cultura y libertad. La buena noticia es ésta: esta vez, al menos, los africanos no se han dejado meter en la cabeza el preservativo de las multinacionales farmacéuticas de capital francés, alemán y belga-holandés. Prueben a localizar en un motor de búsqueda, en francés o en inglés, las palabras clave de la reciente visita papal a África, y verán que en el Continente Negro todos comprendieron el sentido político de la declaración con la que, recién llegado a Yaundé, Benedicto XVI reivindicó el derecho a la salud y, por tanto, a los cuidados gratuitos, para todos. Pongan después el nombre de Nicolas Sarkozy y verán cómo y por qué se encontró con oposición tanto en Senegal en enero como en Congo a finales de marzo. Porque, aunque uno quiera ir de laico y progresista, para comprender el mundo hace falta tener también ojos para ver y oídos para escuchar.

[Filippo di Giacomo es canonista y editorialista-analista del diario La Stampa. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia].

El País, 13-5-09

sábado, 23 de mayo de 2009

Llevar la fe al ciberespacio



Las nuevas tecnologías son un medio espléndido para la educación y la comunicación, y al mismo tiempo, un desafío. De un lado, son un fruto de la inteligencia humana al servicio de todos. De otro lado, un desafío, porque pueden volverse en contra, particularmente de los más necesitados y vulnerables. Lo señala Benedicto XVI en su mensaje para 24 de mayo, Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales-2009.
Es interesante su profundización en la raíz antropológica del fenómeno. “Su popularidad… responde al deseo fundamental de las personas de entrar en relación unas con otras”. El anhelo de comunicación y amistad, que caracteriza a la denominada “generación digital” no es un resultado de las innovaciones tecnológicas, sino que es anterior a ellas, y puede comprenderse a la luz del mensaje bíblico. “Cuando sentimos la necesidad de acercarnos a otras personas, cuando deseamos conocerlas mejor y darnos a conocer, estamos respondiendo a la llamada divina, una llamada que está grabada en nuestra naturaleza de seres creados a imagen y semejanza de Dios, el Dios de la comunicación y de la comunión”. En síntesis, todo ser humano tiene una tendencia a salir de sí mismo para entrar en relación con los demás, porque ha sido hecho para amar. Y las nuevas tecnologías pueden facilitar la comunicación y la comunión con los otros, si promueven una cultura de respeto, diálogo y amistad. Así como los primeros cristianos comprendieron la cultura grecorromana hasta el punto de poder tocar la mente y el corazón de sus contemporáneos, hoy los cristianos están llamados a saber moverse en el ciberespacio para testimoniar, también ahí, su fe.
Primero, el ciberespacio permite conocer, experimentar y encontrarse con los valores y tradiciones de otros, a condición de que ese diálogo esté basado en la verdad y el respeto, la comprensión y la tolerancia. De ahí surgen la felicidad y la alegría, que son fruto de la búsqueda del bien, de la belleza y la verdad. Pero –observa el Papa– no hay que confundir la elección misma con el bien, la novedad con la belleza y la experiencia meramente subjetiva con la verdad.
En segundo término hay que subrayar la amistad como ayuda para la maduración y el desarrollo de las personas. La condición en el caso de las amistades on line, es que no vayan “en deterioro de nuestra disponibilidad para la familia, los vecinos y quienes encontramos en nuestra realidad cotidiana, en el lugar de trabajo, en la escuela o en tiempo libre”, o se vuelvan en obstáculo para el descanso, el silencio y la reflexión. La amistad auténtica no encierra ni aísla, sino que madura y abre a las personas ante las necesidades de los demás. Por eso otra condición para que las nuevas redes digitales favorezcan la solidaridad y la cooperación entre los pueblos, es que estén realmente accesibles a todos; de lo contrario, sólo contribuirían a separar a los pobres de la información y la socialización humana.
Por último, aunque no menos importante: los cristianos y sobre todo los jóvenes, están llamados a dar testimonio de su fe también en el mundo digital. Con la misma naturalidad con que se mueven en el “continente digital”, pueden ofrecer ahí el mayor don y la mejor noticia: “El corazón humano anhela un mundo en el que reine el amor, donde los bienes sean compartidos, donde se edifique la unidad, donde la libertad encuentre su propio sentido en la verdad y donde la identidad de cada uno se logre en una comunión respetuosa”. Lo expresa bien el británico Danny Boyle, director de la película Slumdog Millionaire que ha ganado ocho oscars, cuando dice que intentó mostrar cómo el consumismo se opone a lo espiritual del hombre, y que “lo verdaderemante importante es respetar la vida y amar a los demás”.

Ramiro Pellitero, Instituto Superior de Ciencias Religiosas, Universidad de Navarra

(publicado en Análisis Digital,
www.analisisdigital.com, 28-II-09)

miércoles, 20 de mayo de 2009

USA: la identidad católica

Por Juan C. Sanahuja

El escándalo de Notre Dame

El 17 de mayo próximo, la Universidad de Notre Dame acogerá al presidente Barack Hussein Obama en la 164ª ceremonia de graduación. Obama dirigirá la palabra a los asistentes y recibirá un doctorado honoris causa en leyes. Notre Dame es una de las más importantes universidades católicas de USA. Su rector es el P. John Jenkins, de la congregación de la Santa Cruz. La distinción a Obama desató una reacción nunca vista hasta ahora por parte de la jerarquía y de los laicos católicos.
El superior general de la congregación, Fr. Hugh W. Cleary -maestro de la ambigüedad-, escribió al presidente. Felicitó a Obama por la nominación, y lamentando su error de apoyar el aborto le rogó que cambiara de actitud. Manifestó su alegría por la presencia del presidente en la universidad, y descargó toda responsabilidad de la nominación del presidente, en la independencia legal de la universidad con respecto de la congregación y en la libertad del Board of Fellows y del Board of Trustees de elegir autónomamente a quienes distinguen. Por otro lado, más de diez sacerdotes de la Santa Cruz se han manifestado en carta abierta contrarios a la distinción al presidente, porque sus políticas “atentan contra principios morales fundamentales”, (Life Site 31-03-09, 08-04-09)

Obama no merece recibir honores de parte de católicos
Obama se ha caracterizado en sus 100 días de gobierno por promover agresivas políticas abortistas y pro gay que lo convierten en el paladín de la reingeniería social anticristiana, y por lo tanto indigno de recibir otra distinción de parte de una institución católica. A vuelo de pájaro podemos enumerar la “exportación” del aborto como derecho humano a todo el mundo; la anulación de las disposiciones que aseguraban la objeción de conciencia a los profesionales de la salud; la distribución sin receta a menores de la “píldora del día después”; la financiación de la experimentación con embriones humanos; el corte total de recursos tanto a los programas de educación en la abstinencia sexual y como a los programas de experimentación con células madres no-embrionarias. Además, dio su apoyo al proyecto de ley contra la discriminación, que incluye la discriminación por orientación sexual y el crimen de odio, dos figuras jurídicas impulsadas por el movimiento homosexual que atentan contra la libertad de expresión, la libertad de enseñanza y la libertad religiosa; tomó medidas administrativas reconociendo supuestos derechos a las parejas del mismo sexo; y promueve el proyecto de derogación de la legislación favorable al matrimonio (Defence of Marriage Act-DOMA), además de una larga lista de privilegios para la “comunidad” LGTB (homosexual), (Life Site, Special Report II, 08-05-09; vid. NG 915, 922, 951, 953, 955, 957, 969).

Obispos que dan la cara
Por eso, al escribir estas líneas, llegan a 77 los obispos norteamericanos que se manifestaron contra la decisión de los directivos de Notre Dame y pidieron anular la nominación de Obama. Entre ellos destaca el obispo del lugar, Mons. John D'Arcy (diócesis de Fort Wayne-South Bend), que intervendrá personalmente en las pacíficas marchas de oración y desagravio previstas para el 16 y 17 de mayo, en el campus de la universidad.
A él se sumaron a lo largo de casi dos meses, el Cardenal Francis George, arzobispo de Chicago y Presidente de la Conferencia Episcopal; el Cardenal Justin Rigali, arzobispo de Filadelfia y Presidente del Comité Pro-Vida de la Conferencia Episcopal; el Cardenal Daniel DiNardo, arzobispo de Houston; Mons. Raymon Burke, Prefecto del Tribunal de la Signatura Apostólica; el Cardenal Anthony Bevilacqua, arzobispo emérito de Filadelfia; Mons. Daniel Buechlein, arzobispo de Indianápolis; Mons. Eusebius Beltran, arzobispo de Oklahoma; Mons. Charles Chaput, arzobispo de Denver; Mons. Timothy Dolan, arzobispo de New York; Mons. José Gomez, arzobispo de San Antonio; Mons. Alfred Hughes, arzobispo de New Orleans; Mons. John J. Myers, arzobispo de Newark; Mons. Joseph Naumann, arzobispo de Kansas City; Mons. John C. Nienstedt, arzobispo de St. Paul-Minneapolis; Mons. Edwin O'Brien, arzobispo de Baltimore; Mons. Daniel E. Pilarczyk, arzobispo de Cincinnati y 50 obispos más que se han manifestado contra “este agresivo avance de la cultura anti-vida y anti-familia, fuente de gravísimo escándalo”, como Mons. Raymond Burke define la distinción a Obama, (Life Site, Special Report I, 08-05-09).

Todo hace suponer que al menos casi un tercio de los obispos está empeñado en que las instituciones llamadas católicas realmente lo sean, recuperando la identidad católica, y para eso están dispuestos a ejecutar con más energía que hasta ahora las disposiciones vigentes desde hace años. La demanda de los ciudadanos fieles a ser guiados por pastores fieles parece estar en vías de cumplirse. Dios quiera que los no defrauden, la autoridad moral es fácil de perder.

Católicos en la vida política
El 18-08-04, la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, dio a conocer la declaración Católicos en la vida política en la que expresamente se indica que la "doctrina católica sobre la vida humana y su dignidad se debe reflejar" en todas las parroquias y en todas las áreas e iniciativas pastorales: "educación, salud, y servicios sociales" y agrega que la comunidad católica y las instituciones católicas "no deben homenajear a aquellos que abiertamente desafían nuestros principios morales fundamentales" ni a aquellos que presentan "plataformas políticas en las cuales se sugiere el apoyo a estas acciones". Incluye entre los homenajes a los reconocimientos, premios, invitaciones u honores, (NG 649; vid. NG 642, 711).

Los laicos protagonistas de la resistencia
Fueron los laicos -alumnos, ex-alumnos y profesores de la Universidad- quienes levantaron la bandera de la lucha de restituir la identidad católica a Notre Dame. En concreto los grupos: Notre Dame Right to Life, Notre Dame Law School's pro-life group Ius Vitae, Notre Dame Knights of Columbus, Notre Dame College Republicans, The University of Notre Dame Anscombe Society, The Identity Project of Notre Dame, Notre Dame Knights of the Immaculata, Notre Dame Children of Mary, el Orestes Brownson Council, Notre Dame Law St. Thomas More Society y el periódico estudiantil independiente Irish Rover. Este movimiento se extendió por los Estados Unidos y lleva hasta ahora reunidas más de 370.000 firmas de protesta por el rumbo que ha tomado la institución.

Quizás lo que más dolió a las autoridades de Notre Dame fue que Mary Ann Glendon, ex-embajadora de Estados Unidos ante la Santa Sede y presidente de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, rechazó una distinción que le iba a conceder la universidad, la Laetare Medal, en la misma ceremonia que a Obama, (Mercator Net 06-05-09, entre otros). Glendon, en este momento, es la intelectual católica de más prestigio en Estados Unidos.

En su carta al rector de Notre Dame protestando por la distinción al presidente Obama, el obispo de Phoenix, Mons. Thomas Olmsted, calificó la actitud de la universidad de abierto acto de desobediencia al mandato de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos (NG 649; 972, vid. NG 642, 711). Lo cierto es que, lamentablemente, este no es el primer acto de rebelión contra el Magisterio de la Iglesia de una universidad católica en USA. La desobediencia explícita al magisterio universal de la Iglesia, reiterado o no por la Conferencia Episcopal, es una constante en las llamadas grandes universidades católicas de los Estados Unidos.
En el caso concreto de Notre Dame, algunos comienzan la historia de la desviación doctrinal en 1961, cuando la universidad entregó la Laetare Medal al presidente John F. Kennedy, quien fue el primero en enunciar el principio perverso según el cual “su fe católica no afectaría a sus decisiones y sus acciones como político”.

De la píldora al homosexualismo
Sea lo que fuera, a principios de 1960, Notre Dame, con la ayuda de la Fundación Rockefeller, ayudó a impulsar la ideología del control de natalidad. En 1967, Notre Dame y otras universidades católicas firmaron el manifiesto llamado Land O’ Lakes Statement, en el que declaraban su independencia de la autoridad de la Iglesia en lo referente a ser beneficiarias de fondos de fundaciones privadas y las subvenciones oficiales. En 1968, los departamentos de teología de esas mismas universidades encabezaron la protesta contra la encíclica Humanae vitae del Papa Pablo VI, en la que se condena la anticoncepción artificial.
En 1989, -dice Mercator Net (06-05-09)- en Notre Dame la mayoría de los profesores de teología negaban la divinidad de Cristo; en el campus de la universidad se había implantado la cultura gay-lésbica y algunos profesores apoyaban activamente el aborto.

Posteriormente, Notre Dame distinguió con honores al gobernador de New York, Mario Cuomo, y a la candidata a la vicepresidencia Geraldine Ferraro, abortistas autodenominados católicos, a pesar de las correcciones públicas que les hizo a ambos el Cardenal John O'Connor, entonces arzobispo de New York.
Bajo el rectorado del P. Edward A. Malloy, en 1996, se crea el Core Council for Gay and Lesbian Students con la misión de desarrollar iniciativas para que los alumnos gay, lesbianas y bisexuales se sientan como en su casa, (http://corecouncil.nd.edu/index.shtml). Este concejo promueve eventos como “El día nacional de la salida del closet”, que en la jerga homosexual significa hacer pública esa condición e integrarse a la militancia gay, y los “Domingos Solidarios”, en los que una vez al año todas las Misas celebradas en Notre Dame deben hacerse con “espíritu de inclusión”, es decir integrando a lesbianas y gays activamente en la celebración litúrgica. El espíritu de inclusión fue definido en 1997 por la propia universidad, como la actitud que “da cabida a todos, sin exigir conocimiento o explicación de las enseñanzas de la Iglesia sobre la homosexualidad”. Durante la gestión del P. Malloy comenzaron a realizarse anualmente dos lamentables eventos: la representación de Monólogos de la Vagina y el Festival de Cine Queer (Queer Film Fest).
En 2005, comienza su gestión del actual rector, P. John Jenkins, que continúa promoviendo estas escandalosas actividades a pesar de las reiteradas admoniciones de Mons. John M. D'Arcy, obispo del lugar (diócesis de Fort Wayne-South Bend). Según el rector, son necesarias “para hacer el esfuerzo de mantener el espíritu de apertura, diálogo, y libertad académica”. Recientemente se celebró el Festival Gay Lésbico de Vacaciones de Pascua.

Portazo al Magisterio
Bajo el gobierno de Jenkins, Notre Dame distinguió con los mismos honores que a Obama, a la presidente de Irlanda Mary McAleese (2006), a pesar de su postura favorable a la ordenación sacerdotal de mujeres, y a la Dra. Mary Sue Coleman (2007), rectora de la Universidad de Michigan, activa militante del movimiento para la libre investigación con células estaminales de embriones.
El P. Edward O'Connor, antiguo profesor de teología, decía en 2003, que desde 1990, Notre Dame decidió “evadir los mandatos” de la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae sobre las universidades católicas, de Juan Pablo II. En su momento, el rector, P. Malloy, consideró al documento pontificio “ofensivo para la comunidad de teólogos católicos”.
Hace cuatro años el porcentaje de alumnos de la universidad que se declaraban católicos era de 53%, frente al 85% de 1970.

Georgetown y otras
El 14 de abril pasado la Universidad de Georgetown, de la Compañía de Jesús, recibía a Obama, quien habló sobre su visión de la economía nacional y mundial. Aunque la invitación podría ser considerada contraria a lo dispuesto por la Conferencia Episcopal, como no se trataba de distinguirlo con un grado honoris causa u otros honores universitarios, el tema podría haber pasado casi desapercibido. Sin embargo, llamó mucho la atención que, a petición del protocolo de la Casa Blanca, fuera cubierto el monograma de Jesucristo y sello oficial de la Compañía de Jesús -IHS- que luce detrás del podio de los oradores en el Gaston Hall de Georgetown, desde donde Obama dirigió la palabra, (CNS, 15-04-09). A Obama le molestaba que en las fotografías sobresaliera sobre su cabeza el monograma de Cristo. Los estudiantes miembros de la Cardinal Newman Society, declararon que éste era “otro ejemplo de cómo una universidad católica sacrifica sus principios por el prestigio mundano. Georgetown ha renunciado a su identidad católica y jesuita”.
Pero además, Georgetown no podía ser menos que Notre Dame, y, el 23 de abril, su Law Center entregó el Legal Momentum Hero Award al vicepresidente Joe Biden, esta vez en clara oposición a lo dispuesto por la Conferencia Episcopal en 2004. Biden fue duramente corregido por los obispos en 2008, ya que se proclama católico y es un fanático promotor del aborto, (vid. NG 915, 922, 927).

Al mismo tiempo téngase en cuenta que Georgetown tiene una política de inclusión de gays y lesbianas, en algunos aspectos, más agresiva que Notre Dame. Allí también existen fraternidades gay-lésbicas, se practica la liturgia inclusiva, se representa anualmente Monólogos de la Vagina, etc.
El 7 de abril, Mons. William Lori, obispo de Bridgeport, comunicó a las autoridades de la Sacred Heart University su negativa a asistir al acto académico del 22 de abril, en el que se distinguió a Kerry Kennedy, hija de Robert F. Kennedy. Kerry Kennedy se autoproclama católica pro-choice, oponiéndose a la doctrina de la Iglesia sobre el aborto, la experimentación con embriones y el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Según Life News, se espera que Mons. Lori renuncie al cargo de presidente de la junta de gobierno de la Sacred Heart University, tome medidas canónicas contra otros integrantes de la junta y/o le quite a la universidad el título de católica. (Continúa)
Fuentes: Mercator Net, 06-05-09 (especialmente el artículo Harpooning the whale de Omar O'Shaughnessey); Life Site News, 14-02-05; 07-04-09; 06-05-09, (Notre Dame's 40+Year History of Unfaithfulness to the Church de Patrick B. Craine); Life News, 01-04-09, 04-04-09, 22-04-09.
El discurso del presidente Obama en Notre Dame, el 17 de mayo pasado, ha encontrado más resistencia en los Estados Unidos que en los países latinos, en los que parece que el sentido crítico asentado en la fe se ha eclipsado. Da la impresión que en los viejos países “católicos” es donde existen más falóforos de Obama -como los llama Juan Manuel de Prada- que en las propias tierras del presidente norteamericano.

El discurso de Obama

El discurso de Barack Hussein Obama fue un ejercicio retórico de dialéctica relativista, cautivante para quienes viven sumidos en un cómodo sopor que los lleva a engañarse a sí mismos y a tratar de engañar a los demás. El presidente llamó a “llegar a una base común de entendimiento conciliando lo irreconciliable”. Tendió la mano a quienes no aceptan el aborto “para llegar juntos a reducir el número de abortos y de embarazos no deseados”. Llamó al diálogo -palabra mágica del relativismo- “para conciliar las creencias de cada uno con el bien de todos”. El presidente Obama, abolió así el principio de no contradicción, que nos enseña que nada puede ser y no ser al mismo tiempo.

¿Se puede conjugar la certeza científica y moral de que el aborto es un crimen y a la vez consentir que una sociedad destruya sistemáticamente a los más débiles? ¿Qué base común de entendimiento puede haber entre las dos posturas? ¿Es lícito vivir como si no existiera un holocausto escondido y silencioso? ¿Es posible mirar para adelante, construyendo en común, sin hacerse cómplices de las leyes inicuas que atentan contra la ley natural y convierten a la sociedad en injusta y miserable, aunque viva en pleno bienestar material?

Obama: profeta de la nueva era

Para George Weigel, Obama se metió de lleno en las cuestiones internas de la Iglesia. “El presidente de los Estados Unidos decidió definir lo que significa ser católico en el siglo XXI”, asumiendo la jefatura de los católicos disidentes, enfrentando a los intelectuales católicos y a las instituciones de la Iglesia con sus obispos y con Roma, reeditando una nueva forma de galicanismo, (CNA, 20-05-09).

Obama rechaza y combate la verdad inmutable, por eso su visión es incompatible con la fe cristiana: “la última ironía de la fe es que necesariamente admite dudas. Esta duda no debe empujarnos fuera de nuestra fe (…) pero nos obliga a permanecer abiertos y curiosos, y deseosos de continuar el debate moral y espiritual”.

Atrayente y sugestivo para los propositivos dialogantes, el discurso de Obama es irreconciliable con las verdades naturales permanentes que Benedicto XVI ha expresado en los principios no-negociables, que son las pautas que nunca se podrán derogar ni dejar a merced de consensos partidistas en la configuración cristiana de la sociedad: la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su término natural y los derechos de los padres a la educación de sus hijos.

Ratzinger: la clave de interpretación

¿Es compatible con la fe cristiana afirmar “la fe no brinda certezas, sino genera dudas; la verdad no existe, surge del debate”? La clave de discernimiento nos la dio hace tiempo el Cardenal Ratzinger.

Para el relativismo -decía Ratzinger- “afirmar que en la figura de Jesucristo y en la fe de la Iglesia hay una verdad vinculante y válida en la historia misma es calificado como fundamentalismo. Este fundamentalismo, que constituye el verdadero ataque al espíritu de la modernidad, se presenta de diversas maneras como la amenaza fundamental emergente contra los bienes supremos de la modernidad, es decir, la tolerancia y la libertad. Por otra parte, la noción de diálogo cambia de significado, convirtiéndose así en la quintaesencia del credo relativista y en la antítesis de la conversión y de la misión. En su acepción relativista, dialogar significa colocar la actitud propia, es decir, la propia fe, al mismo nivel que las convicciones de los otros, sin reconocerle por principio más verdad que la que se atribuye a la opinión de los demás. Sólo si supongo por principio que el otro puede tener tanta o más razón que yo, se realiza de verdad un diálogo auténtico. Según esta concepción, el diálogo ha de ser un intercambio entre actitudes que tienen fundamentalmente el mismo rango, y, por tanto, son mutuamente relativas” (vid. Situación actual de la fe y la teología, Guadalajara, México, 1996).

Por eso, analizando el discurso de Obama, Mons. Robert W. Finn, Obispo de Kansas City-St. Joseph, declaró que el diálogo es imposible, porque el mismo presidente admitió irreconciliables diferencias con la Iglesia sobre el tema del aborto. Mons. Finn dijo que la vida inocente es innegociable. “¿Podemos negociar sobre lo que es intrínsecamente malo? La respuesta es no”, (CNA 25-05-09).

Dictadura del relativismo

En definitiva, Obama no deja opción. O se está con él o se está contra él. Él convoca a una gran melange y quien no se deja manipular se autoexcluye. Quien no acepta su retórica perversa es un fundamentalista que no tiene lugar en el proyecto de la nueva era. La dictadura del relativismo, con Barack Hussein, está creciendo en intensidad día a día.

Dicho sea de paso, el Departamento de Seguridad Interior del gobierno federal considera terroristas a personas y grupos (“no-islámicos”) que se oponen “al aborto y al matrimonio homosexual” (vid. NG 969) y ha incluido en el Domestic Extremism Lexicon a los medios de información alternativos “que proporcionan un foro para la interpretación de los acontecimientos y las cuestiones sociales, radicalmente diferente de la presentada por los medios de comunicación”. Los llamados “medios alternativos” son boletines de noticias que circulan por Internet, entre ellos los servicios pro-vida y todos aquellos que trasmiten un mensaje “políticamente incorrecto”, (vid. Life News, 04-05-09).

La resistencia cristiana

El 19 de mayo, Life Site llegó a contar 83 obispos que se manifestaron contra la invitación y la distinción al presidente Barack Hussein Obama por parte de la Universidad de Notre Dame, sumando a la lista, entre otros, al Arzobispo de Detroit, Mons. Allen Vigneron.

Más que una importante acción pro-vida, el escándalo de Notre Dame ha sido la primera gran batalla para devolver su propia identidad a las instituciones de enseñanza católicas. Esta es la exigencia de los fieles y de los obispos que se opusieron a la invitación de Notre Dame a Obama.

El 18 de mayo, Mons. Charles Chaput, Arzobispo de Denver, decía que "lo más importante en lo que los fieles católicos pueden presionar ahora -con sus palabras, sus acciones y su apoyo financiero- es que las instituciones que afirmen ser católicas realmente vivan la fe con valentía y coherencia", (CNA, 18-05-09). (Continúa)

Fuentes: Propias; Mercator Net, 22-05-09, (Saruman at Notre Dame por Thaddeus J. Kozinski); CNA, 18-05-09, 20-05-09; Life News, 04-05-09; Life Site, 18/23-05-09.

NOTICIAS GLOBALES, mayo de 2009.

martes, 19 de mayo de 2009

Religiones y razón en el debate público


P. Ramiro Pellitero
El discurso de Benedicto XVI ante la mezquita nacional jordana –a la que calificó de estupendo espacio sagrado para adorar al Dios Omnipotente–, responde a una pregunta de singular importancia en nuestro tiempo: ¿Son las religiones causa de división en nuestro mundo y por tanto deben ser apartadas de la esfera pública?

En su argumentación, el Papa recorrió dos pasos. Primero, mostrar que las religiones de por sí no son nocivas, sino beneficiosas para la sociedad civil. Segundo, señalar que la fe no manipula ni restringe a la razón, sino que la purifica y la ensancha. En conclusión, las religiones pueden y deben estar presentes en el debate público para proteger a la sociedad de los egoísmos individuales o grupales, garantizando así la auténtica libertad. Veámoslo más despacio.

La primera cuestión –las religiones como factores de tensiones, divisiones y violencia– debe tener en cuenta, según el Papa, que el problema no está en las religiones. “¿Acaso –se preguntaba– no sucede con frecuencia que la manipulación ideológica de las religiones, en ocasiones con objetivos políticos, se convierte en el auténtico catalizador de las tensiones y divisiones y con frecuencia también de la violencia en la sociedad?” . Por el contrario, y en concreto, musulmanes y cristianos juntos son capaces de “dar testimonio de todo lo que es justo y bueno, recordando siempre el origen común y la dignidad de cada persona humana, que constituye la cumbre del designio creador de Dios para el mundo y la historia”. Se hace así patente “la contribución constructiva de la religión en los sectores educativo, cultural, social, y en otros sectores caritativos”.

En el diálogo interreligioso –seguía explicando el obispo de Roma– se profundiza de hecho sobre “la relación esencial entre Dios y su mundo, de manera que juntos podamos movilizarnos para que la sociedad esté en armonía con el orden divino”. De esta forma, el ilustre visitante proponía el segundo paso de su argumento, nada teórico: el desafío que también juntos, los musulmanes y cristianos, pueden y deben afrontar, en el sentido de “cultivar para el bien, en el contexto de la fe y de la verdad, el gran potencial de la razón humana”. El motivo es palmario: en la perspectiva creyente, la razón humana es don de Dios. Y cuando la razón se deja iluminar por la fe, no se debilita, sino que se refuerza en su capacidad de servir. Cuando las religiones pueden manifestar libremente las más hondas aspiraciones humanas, el debate público no se restringe sino que se amplía en su horizonte. “Esto protege a la sociedad civil de los excesos de un ego incontrolable, que tiende a hacer absoluto lo finito y a eclipsar lo infinito; de esta manera, asegura que la libertad se ejerza en consonancia con la verdad y enriquece la cultura con el conocimiento de lo que concierne a todo lo que es verdadero, bueno y bello”.

Se sobrentiende que, como sugirió en su día el cardenal Ratzinger en su diálogo con el filósofo Jürgen Habermas (Munich, 19-I-2004), también las religiones deben beneficiarse de la crítica constructiva desde una razón abierta a la trascendencia. De esta manera, por usar la terminología que en aquél diálogo surgió, tanto las “patologías de las religiones” como las “patologías de la razón” –no menos peligrosas–, podrían corregirse recíprocamente: “¿No deberían quizá religión y razón limitarse mutuamente y señalarse en cada caso sus propios límites y traerse de esta forma la una a la otra al camino positivo?”. No hay que olvidar el final de aquella intervención de Joseph Ratzinger: la interrelación entre la fe y la razón no se encierra en la cultura europea, y por tanto, es importante escuchar a las otras culturas en su “interrelación polifónica”. Ya se ve que el Papa sigue dando pasos en esa dirección.

En resumen. Como quiera que las religiones son el corazón de las culturas, el debate público, si se realiza sobre la base de una racionalidad verdaderamente humana, por decirlo a la manera italiana, no puede no contar con las religiones.




Ver desde lo alto y seguir trabajando

Me quedó grabada, hace años, la afirmación de que nadie merece ser escuchado si no ha esperado, trabajado y sufrido largo tiempo para mostrar la verdad de sus convicciones.
Muchos de nuestros abuelos murieron, tras una vida difícil para sacar adelante a su familia, sin poder ver plenamente los frutos de su gustoso sacrificio. Nuestros padres han luchado con frecuencia por lo mismo y, si eran buenos cristianos, nos transmitieron la fe; no con demasiados argumentos, sino con su vida coherente. Nosotros tenemos que seguir en la brecha para “pasar el relevo” a las generaciones que nos siguen, sin pensar que hacemos nada extraordinario.
Estos pensamientos me invadían al leer el reciente discurso de Benedicto XVI desde el monte Nebo, que está situado a pocos kilómetros al nordeste del Mar Muerto. Desde allí Moisés divisó la Tierra Prometida hacia la que había guiado a su pueblo, tras sacarlo de Egipto, a través de no pocas penalidades. Aquella tierra donde, muchos años después, vivió y murió Jesús de Nazaret, Hijo del Dios vivo, dejando un rastro de luz y vida que sigue presente y actuante en la historia de la humanidad.
“Aquí, desde la altura del monte Nebo –¬dijo el Papa en la parte central de su alocución, con palabras que merecen ser recogidas íntegramente¬– la memoria de Moisés nos invita a ‘levantar nuestros ojos’ para abarcar no sólo las obras poderosas de Dios en el pasado, sino también para mirar con fe y esperanza hacia el futuro que Él nos presenta y también a nuestro mundo”. Y mirando interiormente hacia sí mismo y los cristianos, continuó: “Como Moisés nosotros hemos sido también llamados por nuestro nombre, invitados a emprender un éxodo diariamente desde el pecado y la esclavitud hacia la vida y la libertad, y hemos recibido una inquebrantable promesa que guía nuestro camino”. El Papa se refería concretamente a la vida cristiana. “En las aguas del Bautismo, hemos pasado desde la esclavitud del pecado a una nueva vida y esperanza. En la comunión de la Iglesia, Cuerpo de Cristo, anhelamos la visión de la ciudad celestial, la nueva Jerusalén, donde Dios será todo en todos. Desde esta montaña santa, Moisés dirige nuestra mirada hacia lo alto, hacia el cumplimiento de todas las promesas de Dios en Cristo”.
El ejemplo de Moisés, que veía todo aquello desde lejos, al final de su larga peregrinación –¬seguía explicando el sucesor de Pedro¬–, nos recuerda que también nosotros somos parte de la peregrinación del Pueblo de Dios a través de la historia. Y esto, siguiendo las huellas de los profetas, los apóstoles y los santos; los cristianos estamos llamados a caminar con el Señor, llevar adelante su misión, dar testimonio del Evangelio del amor universal y de la misericordia de Dios. “Estamos llamados a promover la acogida del Reino de Cristo por medio de nuestra caridad, nuestro servicio a los pobres y nuestros esfuerzos para ser levadura de reconciliación, perdón y paz en el mundo que nos rodea”.
Y como en una apelación al realismo, también para su caso personal, añadía Benedicto XVI: “Sabemos que, como Moisés, quizá no veremos el cumplimiento total del plan de Dios durante el espacio de nuestra vida. Sin embargo confiamos en que, realizando la pequeña parte que nos toca, en fidelidad a la vocación que cada uno ha recibido, ayudaremos a allanar los caminos del Señor y facilitar que sea bien recibida la aurora de su Reino”. “Y sabemos –concluía– que el Dios que reveló su nombre a Moisés como una garantía de que siempre estaría a nuestro lado (cfr. Ex 3. 14), nos dará la fortaleza para perseverar en una gozosa esperanza incluso en medio del sufrimiento, la prueba y la tribulación”.
Estas últimas palabras –bien coherentes con lo que conocemos de la vida y el pensamiento del Papa–, pueden aplicarse a tantas personas, a tantos cristianos. Ver desde lo alto de una vida cumplida sencillamente en la fidelidad y en el trabajo. Contemplar las cosas, cada día, desde lo alto y lo profundo de una oración cuajada en obras de servicio. Ver desde lo alto de una vida, quizá no exenta de errores, pero que, hasta el final, confía en las promesas de Dios. Mirando a lo lejos, pero siguiendo en la brecha. Ver desde lo alto y seguir trabajando.
(publicado en www.cope.es, 14-V-2009)

Ramiro Pellitero, profesor de Teología pastoral, Universidad de Navarra


lunes, 11 de mayo de 2009

Ponencia en la Academia Pontificia de Ciencias Sociales



Obama y Blair. El mesianismo reinterpretado

Por Michel Schooyans (+)

La elección de Barack Obama para la presidencia de los Estados Unido ha suscitado numerosas expectativas en todo el mundo. En los Estados Unidos, los electores votaron por un presidente joven, mestizo y brillante. Se espera de él que, según sus promesas, corrija los errores del presidente que lo ha precedido. Han sido utilizadas formulas hasta excesivas, afirmando, por ejemplo, que había llegado la hora de "reedificar" los Estados Unidos o de reorganizar el orden internacional. Se notará aquí la influencia de Saul D. Alinsky (1909-1972), uno de los maestros del pensamiento del nuevo presidente y de Hillary Clinton. No les ha faltado celo a los admiradores del vivaz neo elegido, que han demonizado al desventurado presidente George W. Bush, invocando que se destruya lo antes posible la política que había desarrollado. Ahora, la administración Bush, que además no ha carecido de méritos, se caracteriza por fallas reconocidas, también por el círculo más cercano del presidente. Sin embargo, sobre un punto esencial y fundamental, el presidente Bush ha promovido una política meritoria de respeto y de continuidad: ofreció al ser humano no nacido, así como al personal médico, una protección jurídica, sin duda insuficiente, pero eficaz.

Los electores que han llevado a Barack Obama a la presidencia no han percibido la debilidad y la ambigüedad de las declaraciones hechas por su candidato sobre este punto decisivo. Más aún, una vez elegido, una de las primeras medidas del presidente Obama ha sido la de revocar las disposiciones tomadas por el presidente Bush para proteger el derecho a la vida del ser humano no nacido.

El presidente Obama reintroduce así el derecho a discriminar, a "poner de lado" algunos seres humanos. Con él, el derecho de cada individuo humano a la vida y a la libertad no se reconoce más, ni mucho menos se protege. El presidente Obama contesta, en consecuencia, la argumentación que ha sido invocada por sus mismos hermanos de raza en el momento en que reivindicaban, con justicia, que fuese reconocido el derecho de todos a la misma dignidad, a la igualdad y a la libertad. En su variante prenatal, el racismo ha sido restaurado en los Estados Unidos.

El nuevo presidente arrastra así el derecho en un proceso de regresión que altera la calidad democrática de la sociedad que lo ha elegido. De hecho, una sociedad que se dice democrática, en la cual los gobernantes, invocando "nuevos derechos" subjetivos, permiten la eliminación de algunas categorías de seres humanos, es una sociedad que ya está encaminada en el sendero del totalitarismo. Según la Organización Mundial de la Salud, 46 millones de abortos son efectuados cada año en el mundo. Revocando las disposiciones jurídicas que protegen la vida, Obama va a alargar la lista fúnebre de las víctimas de leyes criminales. El camino está abierto porque el aborto se vuelva legalmente exigible. El mismo derecho podrá ser hundido en la indignidad toda vez que sea instrumentalizado y empujado a legalizar cualquier cosa y puesto, por ejemplo, al servicio de un programa de eliminación de inocentes. A partir de aquí, la realidad del ser humano ya no tiene en sí ninguna importancia.

La consecuencia evidente del cambio decidido por Obama es que el número de abortos va a aumentar en el mundo. El presidente Bush había cortado las subvenciones destinadas a programas que implicaran el aborto, en particular fuera de los Estados Unidos. La revocación de esta medida de la nueva administración limita el derecho del personal médico a la objeción de conciencia y permite a Obama aumentar los subsidios dados a organizaciones públicas y privadas, nacionales e internacionales, que desarrollan programas de control de la natalidad, de "maternidad sin riesgos", de "salud reproductiva" que incluyen el aborto entre los métodos contraceptivos y lo promueven.

El presidente Obama aparecerá, pues, inevitablemente, como uno de los principales responsables del envejecimiento de la población de los Estados Unidos y de las naciones "beneficiarias" de los programas de control de la natalidad presentadas como condición previa para el desarrollo. ¿Como líder político bien informado puede ignorar que una sociedad que aborta a sus hijos es una sociedad que aborta su porvenir?

La medida tomada por Barack Obama está destinada a tener repercusiones en el plano mundial. El "mesianismo" norteamericano tradicional se gloriaba de ofrecer al mundo el mejor modelo de democracia. Con el permiso de asesinar legalmente unos inocentes, esta pretensión va camino a apagarse. En su lugar emerge un "mesianismo" que anuncia la extinción de los principios morales escritos en la Declaración de independencia (1776) y en la Constitución de los Estados Unidos (1787). De ahora en adelante se rechaza la referencia al Creador. Ninguna realidad humana se impone más en virtud de su dignidad intrínseca. Prevalece la voluntad presidencial. Según sus mismas palabras, el presidente ya no deberá referirse a las tradiciones morales y religiosas de la humanidad. Su voluntad es fuente de ley. A propósito, ¿qué piensa de ello el congreso estadounidense?

Ahora, dado que el peso de los Estados Unidos es lo que pesa más en las relaciones internacionales, bilaterales y multilaterales, y especialmente en el cuadro de la ONU, se puede prever que tarde o temprano el aborto será presentado a la ONU como un "nuevo derecho humano", un derecho que permite exigir el aborto. De ello se seguirá que no habrá lugar, en el derecho, para la objeción de conciencia. Este mismo proceso permitirá al presidente manifestar su voluntad de incluir en la lista otros "nuevos derechos" subjetivos, como la eutanasia, la homosexualidad, el repudio, la droga, etc.

¿Rehacer las religiones? ¿Rehacer el cristianismo?

En estos programas, el presidente Obama podrá contar con el apoyo de la pareja Tony Blair y Cherie Booth. El grupo de pensamiento fundado por el ex primer ministro británico bajo el nombre de Tony Blair Faith Foundation tendrá, entre sus atribuciones, la de reedificar las grandes religiones, como su colega Barack Obama reedificará la sociedad mundial. Con este objetivo, la referida fundación deberá expandir los "nuevos derechos", utilizando para este fin las religiones del mundo y adaptando estas a sus nuevas tareas. Las religiones deberán ser reducidas al mismo común denominador, vale decir deberán ser vaciadas de su propia identidad. Ello no podrá hacerse si no gracias a la instauración de un derecho internacional inspirado en Hans Kelsen (1881-1973) y llamado a convalidar todos los derechos propios de las naciones soberanas. Este derecho deberá también imponerse a las religiones del mundo en modo que la nueva "fe" sea el principio unificador de la sociedad mundial. Esta nueva "fe", este principio unificador, deberá permitir el avance de los Millenium Developmental Goals. Entre estos objetivos figuran en el número 3: "Promote gender equality and empower women"; y en el número 5: "Improve maternal health". Sabemos bien lo que encubren e implican estas expresiones. Para hacer despegar el programa de la Foundation, ha sido anunciada una campaña contra la malaria. Ella hace parte del objetivo número 6: "Combat HIV/AIDS, malaria and other diseases". Este anuncio está hecho en modo que, suscribiendo esta campaña, si suscribe al total de los objetivos del Milenio.

De hecho, el proyecto de Tony Blair prolonga y amplifica la Iniciativa de las Religiones Unidas, que apareció varios años atrás. Además extiende la Declaración para una ética planetaria de la que Hans Küng es uno de los principales inspiradores. Este plan no podrá realizarse sino a precio del sacrificio de la libertad religiosa, la imposición de una lectura "políticamente correcta" de las Sagradas Escrituras y del sabotaje de los fundamentos del derecho. Ya Maquiavelo acomodaba el uso de la religión a los fines políticos….

La "conversión" muy propagandeada del ex primer ministro británico al catolicismo, así como su entrevista en la revista gay "Attitude" de abril del 2009, permiten entender todavía mejor las intenciones de Tony Blair respecto a las religiones, comenzando por la religión católica. Los discursos del Santo Padre, en particular sobre el preservativo, pertenecen a otra generación. El apenas "converso" no duda en explicar al Papa no sólo lo que debe decir, ¡sino lo que debe creer! ¿Es católico? Blair no cree en la autoridad del Papa.

He aquí que hemos regresado a los tiempos de Hobbes, para no decir de Cromwell: es el poder civil el que define lo que se debe creer. La religión es vaciada de su contenido propio, de su doctrina; no queda sino un residuo de moral, definido por el Leviatán. No se dice que es necesario negar a Dios, pero de ahora en adelante Dios ya no tiene nada que ver con la historia de los hombres y de sus derechos: se regresa al deísmo. Dios es sustituido por el Leviatán. Le toca a este definir, si quiere, una religión civil; interpretar – si quiere y como quiera – los textos religiosos. La cuestión de la verdad de la religión ya no importa. Los textos religiosos, y en particular bíblicos, deben ser comprendidos en el sentido puramente "metafórico"; es lo que recomienda Hobbes (III, XXXVI). A lo máximo, sólo el Leviatán puede interpretar las Escrituras. Es necesario además reformar las instituciones religiosas para adaptarlas al cambio. Es necesario tomar como rehenes a algunas personalidades religiosas, llamadas a convalidar la nueva "fe" secularizada, la de la "civil partnership".

Los derechos del hombre así como son concebidos en la tradición realista son pasados aquí por el filo de la espada. Todo es relativo. De los derechos no quedan sino los definidos por el Leviatán. Como escribe Hobbes, "la ley de naturaleza y la ley civil se contienen una en la otra y son de igual extensión" (I, XXVI, 4). De la verdad no queda sino la enunciada por el mismo Leviatán. Sólo él decide como se debe cumplir el cambio.

El retorno del águila de dos cabezas

El proyecto Blair no puede realizarse sin volver a poner en cuestión la distinción y las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Este proyecto corre el riesgo de hacernos regresionar a una época en la que el poder político se atribuía la misión de promover una confesión religiosa o de cambiarla. En el caso de la Tony Blair Faith Foundation, se trataría también de promover una y sólo una confesión religiosa, que un poder político universal, global, impondría a todo el mundo. Recordemos que el proyecto Blair, empapado de New Age, ha sido preparado ideológicamente tanto por la Iniciativa de las Religiones Unidas como por la Declaración para una ética planetaria previamente citada, y ha sido apoyada por numerosas fundaciones semejantes.

Este proyecto recuerda evidentemente la historia del anglicanismo y de su fundación por parte del "defensor de la fe" Enrique VIII. El proyecto de las religiones unidas y reducida a un común denominador es sin embargo más criticable de lo que fue el proyecto de Enrique VIII. En efecto, la realización de este proyecto postula la puesta en obra de un gobierno mundial y de una policía global de las ideas. Como se ha visto a propósito de Barack Obama, los arquitectos del gobierno mundial se dedican a imponer un sistema de positivismo jurídico que hace proceder al derecho de una voluntad suprema, de la cual depende la convalidación de los derechos particulares. En suma, si se debiera cumplir el proyecto Blair, los agentes del gobierno mundial impondrían, con un nuevo Acto de Supremacía, una religión única, convalidada por los interpretes de la voluntad suprema, cuyo Vicario general quizá ya ha sido descubierto (Hobbes, III, XXXVI).

Lo que revela el análisis de las decisiones de Barack Obama y del proyecto de Tony Blair es que se perfila una alianza de dos nuevas voluntades convergentes, de las que una tiene como objetivo subyugar el derecho y la otra subyugar la religión. Esta es la nueva versión del águila de dos cabezas. Derecho y religión son instrumentalizados para "legitimar" lo que sea.

Esta doble instrumentalización es mortal para la comunidad humana. Es lo que resulta de diferentes experiencias realizadas en el cuadro del Estado-Providencia. Este, a fuerza de querer complacer a los individuos, ha multiplicado los "derechos" subjetivos de condescendencia, por ejemplo, en materia de divorcio, de sexualidad, de familia, de población, etc. Pero haciendo eso, el Estado-Providencia ha creado innumerables problemas que es incapaz de resolver. Con la extensión de estos "derechos" de condescendencia a escala mundial, los problemas de pobreza y de marginalización se multiplican a tal punto que ningún gobierno mundial podrá resolverlos.

Lo mismo para la religión. Desde cuando se logró la separación entre la Iglesia y el Estado, es inadmisible que el Estado se sirva de la religión para forzar su dominio sobre los corazones, los cuerpos y las conciencias. Como dice el arzobispo Ronald Minnerath, el Estado no puede encadenar la verdad religiosa y debe también garantizar su libre búsqueda.

Hacia un terrorismo político-jurídico

Por estos canales, y con el apoyo de su pareja Blair, el presidente-jurista Obama se presta a lanzar un nuevo mesianismo norteamericano, totalmente secularizado. Se beneficia en esto del apoyo de su fiel socio, candidato presunto a la presidencia de la Unión Europea. La voluntad suprema del presidente de los Estados Unidos convalidará el derecho de las naciones y el derecho de las relaciones entre las naciones. Sobre sus huellas, los "Treinta y nueve artículos" de la nueva religión del mundo serán promulgados por su colega británico.

A partir de la cima de esta pirámide, la voluntad del Príncipe está destinada a circular por los canales internacionales de la ONU y a alcanzar los canales nacionales particulares. En perspectiva, este proceso, como se puede intuir, apaga la autoridad de los parlamentarios nacionales, elimina la autoridad de los ejecutivos y destruye la independencia del poder judicial. Es por estas razones que, en la lógica de Obama, el rol de un tribunal penal internacional es llamado a extenderse, y que ello debe ser armado para reprimir a los recalcitrantes – por ejemplo los católicos – que rechazan esta visión del poder y del derecho, de un derecho hecho vasallo del poder. ¿Cómo no ver esta verdad impactante de estar asistiendo al surgimiento de un terrorismo político-jurídico sin precedentes en la historia?

Por fin, hagamos el esfuerzo por recordar que la Iglesia no tiene el monopolio del respeto de los derechos humanos a la vida. Este respeto es proclamado por las más grandes tradiciones morales y religiosas de la humanidad, frecuentemente anteriores al cristianismo. La Iglesia reconoce plenamente el valor de los argumentos dados por la razón a favor de la vida humana. Como el arzobispo Minnerath ha mostrado admirablemente, la Iglesia completa y consolida esta argumentación valiéndose el aporte de la teología: respeto por la creación; el hombre imagen de Dios; amor al prójimo; nuevo mandamiento; etc. Estos argumentos son frecuentemente expuestos en las declaraciones de la Iglesia y en los numerosos documentos cristianos al respecto.

Pero cuando las más altas autoridades de las naciones, e inclusive de la primera potencia mundial, vacilan frente al respeto del derecho humano fundamental, es un deber para la Iglesia hacer un llamado a todos los hombres y a todas las mujeres de buena voluntad para que se unan a fin de constituir un frente único para defender la vida de cada ser humano. La primera actitud que se impone a todos, según las responsabilidades de cada uno, es la objeción de conciencia, que por otra parte Obama quiere circunscribir. Pero esta objeción debe ser completada por un compromiso y acción en la esfera política, en los medios y en las universidades. La movilización debe ser general y ponerse como objetivo central de toda la moral, y especialmente de toda la moral católica: reconocer y amar al prójimo, comenzando por el prójimo más pequeño y más vulnerable.
Roma, 1-5-09
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(+) Michel Schooyans, sacerdote belga, es profesor emérito de la Universidad Católica de Lovaina. Es un gran especialista en antropología, en filosofía política, en bioética, en demografía. Es miembro de tres academias pontificias: la de las ciencias sociales, la de la vida y la denominada santo Tomás de Aquino. Un libro suyo del 2006 tiene por título: "Le terrorisme à visage humaine", y tiene muchos puntos de contacto con su intervención en el Vaticano del pasado 1 de mayo. En Italia su última publicación, editada por Cantagalli el 2008, lleva por título: "La profecía de Pablo VI" y es una vigorosa defensa de la encíclica "Humanae Vitae".